Dicen que la cabra tira al monte. Y Juan Carlos, como primer destino para su huida, maquillada de vacaciones o de retiro temporal por los que quieren seguir tragándose historias, ha escogido el lugar donde se sitúa el foco de sus presuntas corruptelas. Qué poético: llenándose los bolsillos a manos llenas de fajos de billetes de los Emiratos Árabes y allí es donde habría ido en primer lugar, justamente, fruto de estas irregularidades.

Juan Carlos (GTRES)

El diario ABC explica que el monarca emérito subía a un avión en el aeropuerto de Vigo con destino a la que sería la primera etapa de su exilio, Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos. Incluso, se menciona la hoja de ruta del vuelo e indica que fue alterado para evitar cualquier rastreo. ¿Y dónde se dice que podría haber ido a parar para vivir escondido estos primeros días de huida? En el exclusivísimo Hotel Emirates Palace, propiedad del gobierno de los emiratos, donde ya se habría instalado cuando se dio a conocer la carta según la cual se iría de España. Mientras su amigo Pepe Fanjul le espera con los brazos abiertos para cuando vaya a la República Dominicana en el resort de lujo Casa de Campo, en Abu Dhabi no estará mal, tampoco. Juancar, si viaja, viaja a tutiplén. No lo verán en un hostal, pero entre poco y demasiado.

El Hotel Emirates Palace, en Abu Dhabi / Wikimedia

Un sencillo rinconcito de nada. Un resort de 394 habitaciones, 1,3 kilómetros de playa privada, que tiene una de las suites más caras del planeta: 680 metros cuadrados a 12.600 euros la noche, la palace. Uno de los lugares más caros del mundo que además, por fortuna del emérito, hace pocos días que ha reabierto sus piscinas y sus carísimos y lujosos restaurantes después de la pandemia. El complejo cuenta con dos helipuertos, centro comercial y todas las comodidades del mundo, ocupando 84 hectáreas y presumiendo de ser el tercer hotel más caro que nunca se haya construido, con un presupuesto de 2.000 millones de euros.

Hotel Emirates Palace, en Abu Dhabi

Pobrecito Juan Carlos, qué triste ha de estar... Sus palmeros pueden continuar sufriendo por él.