Dios los cría y ellos se juntan. Que traducido en lenguaje Borbón vendría a ser lo mismo, pero en clave erótico-festiva. La tendencia atávica de la monarquía, y la española es un claro ejemplo, a la endogamia, queda fuera de toda duda. Cuanto más primo, más me arrimo, ya lo dicen. Y los royals españoles hacen bandera de este dicho. Tiras para atrás en la historia y tenemos casos a espuertas de líos entre parientes de sangre azul. Este es el principal motivo por el cual la infanta Cristina no ve con buenos ojos el cortejo de su hija pequeña Irene con Juan Urquijo, hermano de la reciente mujer del alcalde de Madrid, Teresa Urquijo, que sorprendió a todos los que ayer vieron la portada de la revista ¡Hola!.
Porque sí, porque Irene Urdangarin tiene su primer novio a los 18 años, a punto de cumplir diecinueve. "Se reencontraron el pasado verano, durante las vacaciones, en un plan organizado por Victoria de Marichalar, y comenzaron a salir en otoño". Urquijo, de 25 años, tiene siete más que Irene y es un joven pepero que conoce a la sobrina de Felipe desde pequeños. Dos amigos que hace unos meses decidieron ir más allá, cosa que no gusta nada a su suegra y madre de Irene, una infanta Cristina preocupada, incluso, escandalizada. Ahora se ve que se pone estupenda y digna y que eso de hacerse íntimamente con los familiares no le parece bien, cosa que han hecho sus familiares y antepasados toda la vida para asegurar el linaje y el poder.
Y es que Irene y Juan son primos. Lejanos, sí, pero vienen de la misma fuente, descendientes de Alfonso XIII, por resumirlo. Juan es nieto de Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma. Borbona por partida doble. E Irene, ya saben de dónde viene. El mismo árbol con ramas alejadas. Y Cristina, de los nervios a fin de que su hija no mantenga una costumbre arcaica, viscosa y potencialmente arriesgada en términos genéticos. Cristina preocupada por esta unión y su hija, también, pero por otro motivo. Dicen en Vanitatis que la joven está "agobiadísima y hasta tiene miedo". ¿De qué? De volver a España desde Camboya después de hacerse pública su relación. "Que su imagen haya aparecido en la portada de la revista ‘¡Hola!’ acompañada del cuñado de Almeida, ha sido un shock para ella. Ha afectado a su bienestar. Le ha causado mucha incomodidad".
"Son muy jóvenes, es algo muy, muy incipiente, y ya se verá qué pasa", dice el entorno de los jóvenes. De hecho, intentan rebajar expectativas: "Se han llamado por teléfono y se han escrito, no significa que sean novios. Si Juan estuviera tan enamorado como dicen, si fuera una relación de verdad, habría ido a Camboya a ver a Irene y no ha sido así, ni será así. ¡Y ella tampoco quiere que vaya!". Por mucho que quieran hacer como si nada, sin embargo, hay imágenes que certifican que han hecho alguna cosa más que pasear de la mano. También ha habido besos, como mínimo. Si Cristina y el resto están preocupados solo por las fotos inocentes de la revista ("Que aparezcan estas fotografías ha molestado profundamente a la familia"), imaginen cómo deben estar de nerviosos si se ve alguna cosa más...
"Lo más importante de las fotos de Irene Urdangarin con Juan Urquijo es justo lo que no se ve"... Y es que hay fotos que se han quedado guardadas en un cajón. Es más, Vanitatis habla de "besos vetados" en su titular, y dice que hay más fotos que "corresponden al beso que la pareja se da en plena calle. Una secuencia que no ha salido a la luz porque, tal y como nos confirman, han querido 'respetar' a la familia". Si ya se pagó una pasta por las fotos que han visto, imaginen cuánto se pagaría por un beso entre primos Borbones lejanos...