Un huracán mediático ha despeinado al mundo entero, aunque el foco del vendaval podríamos situarlo en la Casa Real danesa. Federico de Dinamarca, el primero en la línea de sucesión al trono, se encuentra en el medio de un avasallamiento mediático derivado de un desliz amoroso. Desliz destapado por Lecturas, que recientemente hacía públicas las fotos que certifican el desastre. El príncipe, pillado por las calles de Madrid con la actriz mexicana Genoveva Casanova, en portada.
El reportaje, como era de esperar, no ha estado exento de polémica. Casi que todo lo contrario, porque surgen infinitud de dudas al respecto sobre qué está pasando realmente entre ellos. Todo esto mientras Felipe y Letizia estaban en Copenhague por menesteres oficiales de índole royal. La tormenta perfecta.
El escándalo tiene enjundia, pero impacta ahora que se conoce uno de los aspectos más flagrantes. Por impactante que parezca, la reina Margarita ya era consciente de todo antes de que saliese a la luz. Por qué abrió las puertas a la desvergüenza en su estirpe, se preguntarán. Bien, la notificación que la avisaba de la polvareda que se le venía encima a su hijo mayor venía con un requisito si es que quería frenarse el desastre. La monarca debía abonar una cantidad de dinero muy generosa a cambio del silencio. Un cuarto de millón, 250.000 euros para ser más precisos si falla el cálculo mental. Así lo confirma "un rumor creciente", según Federico Jiménez Losantos. El de El Mundo plantea, pues, cuál podría haber sido el motivo para desentenderse de la negociación. Los billetes no son el problema, no nos vamos a engañar. "No por falta de dinero, sino porque no quiere". Uau.
El motivo concreto que la llevó a ser permisiva con la publicación de las instantáneas de la discordia cuando la pelota estaba en su tejado no está del todo claro, aunque conociendo las formas dinámicas de la soberana, el movimiento podría cobrar cierto sentido. Una hecatombe evitable que no ha sido evitada por el interés de Margarita por controlar su sucesión, y eso que la pátina de rumores sobre una abdicación inminente hace ya un tiempo que recubren las paredes del Palacio de Amalienborg. Losantos sentencia que "es evidente que ella no quiere a sus hijos como sucesores". No hay que indagar demasiado para darse cuenta. A principios de este mismo año, le retiró de manera fulminante los títulos de altezas reales a sus nietos, los hijos del pequeño Joaquín. No debía verlos al 100% para cumplir con las obligaciones formales que ser de la realeza implica.
Si no pretende apartar a Federico de la monarquía, cuesta comprender su gesto. Podría haber hecho lo que quisiera con las fotos, pero ha preferido que salgan a la luz. Además, infinitud de medios ya dan por hecho que su matrimonio con Mary hace ya tiempo que está roto. Y eso que también dicen que ha dejado a Genoveva. La ex de Cayetano Martínez de Irujo está desolada, vagando entre lugares para desaparecer del foco y desconectar de la vorágine. De Madrid a Donostia para terminar en Londres. Busca refugio y dicen que admite estar "destrozada". No es de extrañar.
Por su parte, la reina danesa ha prohibido la presencia de fotógrafos en la tradicional Caza del Rey. Insólito. Algo pasa con Mary, eso está claro.