El candado informativo de los Emiratos Árabes se comporta de manera irregular: con Juan Carlos es inexpugnable, pero con su nieto, el tarambana Froilán, parece más bien de juguete. Ni una semana tardamos en ver las primeras imágenes del segundo desterrado royal español en su nueva vida en Abu Dabi: alguien lo grabó mientras se mordía las uñas, solo y aburrido, viendo un partido de pádel. Daba pena y todo, de ser el príncipe de la noche madrileña a llevar una vida de jubileta de 24 años. De cerrar antros llenos de vicio a practicar el sillonball, vaya. La periodista Ángela Portero afirmaba que el sobrino del rey Felipe tenía muchos problemas para adaptarse a su nueva realidad, que estaba desubicado, sin amigos. Especialmente porque ya no se fía de los españoles, "lo cascan todo". Bien, en este sentido no le falta razón.
Lo que no es tan verosímil, sin embargo, es la severidad del ostracismo de Pipe. No está tan solo como parece a miles de kilómetros de distancia. No, no es que Belén Perea, su novieta, haya aceptado la invitación para acompañarlo en la diáspora. Tampoco que la ex Mar Torres se haya plantado allí para intentar reconquistarlo. Ni mucho menos. Sabemos que tiene compañía porque una persona que ha estado allí recientemente se ha ido de la lengua. Una persona sólo no, mejor diríamos una vieja gloria del famoseo patrio, representante de una España muy friki. Cantante, showman, actor, polemista, concursante de realities, filósofo de pacotilla... Y friki, repetimos, muy friki: Tony Genil.
Tony Genil, la compañía que Froilán no se esperaba en Abu Dabi
Los lectores más jóvenes quizás fruncen el ceño al oír este nombre, el apelativo artístico de José Molina Baena. Tiene 75 años y mucha tralla encima, tanta que había desaparecido del mapa. Este hombre saltó a la fama en 1975 con una canción que lo rompía en aquella época, "España, cuánto te quiero". Aquello le abrió las puertas de la farándula y empezaba la leyenda de una criatura delirante. Uno de sus hits más brutales, cuando le hizo un plato de macarrones a Michael Jackson. Después vendría un declive que remontaría a finales de los 90, formando parte del universo 'Crónicas Marcianas' con Tamara-Yurena-Ambar, Arlequín, Paco Porras, Leonardo Dantés... y Loly Álvarez. Cuando hablamos de esta última nos tenemos que poner en pie y recordar aquel accidente de coche a altas horas de la madrugada metiendo el vehículo dentro de La Cibeles. Un show esperpéntico y falso, pero adorable. Genil no viajaba en él, pero se erigió en portavoz del grupo. Es un parlanchín profesional.
Las declaraciones de Genil sobre la vida de Froilán en Emiratos que harán que te estalle la cabeza
Después de aquel capítulo Tony volvería al olvido, hasta que lo recuperaron para 'Supervivientes'. Un éxito más en la colección antes de volver a hibernar mediáticamente. Como llega la primavera, claro, lo volvemos a tener aquí: ha hablado para la agencia Europa Press explicando que ha estado con Froilán en Abu Dabi. ¿Qué narices pinta Genil allí? Pues no se sabe exactamente, pero dicen que ha ido 6 veces. Quizás a tocar las palmas y cantar, como hacía Chiquito de la Calzada en Japón, pero en más cutre. También le toca las palmas al hijo de la infanta Elena y Jaime Marichalar, las declaraciones son miel. Una miel absurda pero sabrosísima. Locuacidad sin parangón: "Está allí en un país distinto y aquello es muy serio. Allí no están los chavales como aquí, hasta las 5 de la mañana por ahí. Es muy joven el chaval. Pero aquí, es que es distinto, no tiene nada que ver. Ellas entran en las tiendas todas que parecen Carmen de Mairena, con los labios así. Qué graciosas son, muy guapas. Yo lo que quiero es que ese chico se comporte y teniendo un abuelo tan flamenco, ya me contarás". El testigo que necesitábamos, sin duda.
Froilán y Tony Genil. Lo que el desierto ha unido, que no lo separe el hombre.