Froilán es incorregible. Toda la literatura cortesana sobre la metamorfosis radical del hijo de la infanta Elena, pasando de un tarambana crápula a potencial 'yerno de España', es una fábula de chichinabo. No, Felipe sigue siendo un cuñao y un bala perdida. Que se apuntara a la boda de José Luis Martínez-Almeida solo tenía una lectura: la excusa perfecta para un nuevo homenaje. Después de hacer el paripé en la ceremonia y convite casposos, se largó, se puso un chándal y una gorra negra, y a quemar Madrid. Primero en una discoteca de la Plaza de España, sala que cerró a las 6 de la madrugada, y después en un after de Leganés, donde Telecinco lo pilló saliendo de aquella manera a las 11 de la mañana. Este es el redimido: el hombre que siempre tropieza con la misma piedra. Y lo hace porque va a buscarla deliberadamente.

Una furgoneta de transporte privada esperaba al royal en una avenida inhóspita de la ciudad madrileña, entre naves industriales, bazares chinos, basura en la calle y una hilera de coches estacionados kilométrica. Muchos de ellos, los vehículos del gentío que se desplaza habitualmente a este punto, epicentro de la movida más chapucera, problemática, peligrosa y a menudo trágica. Un entorno que no sería el más adecuado para la cuarta persona en la línea de sucesión española, el de la plaza de toros La Cubierta de Leganés. Ni por glamur, ni por seguridad, ni por buena reputación. Pero claro, Froilán se mueve bien por estos ambientes: precisamente los que precipitaron su destierro a Abu Dabi.

¿Qué hay en el Polígono Industrial Nuestra Señora de Butarque? Pues muchos problemas cada fin de semana. 48 horas antes de la visita del royal, a solo un kilómetro de distancia de donde lo recogieron para llevarlo al cumpleaños de su padre Jaime Marichalar (increíble), un accidente de tráfico dejaba a tres jóvenes fallecidos. Eran las 9 de la mañana, y el vehículo se había saltado un semáforo. Lo explica el diario Leganews, dentro de la información relativa a Froilán. Pero no es ni mucho menos el único incidente brutal que se ha visto recientemente: una batalla campal entre 50 jóvenes armados desencadenaba el caos. Una mala mirada en una discoteca provocaba el desastre. La policía local y también la nacional tenían que actuar para recuperar la paz. El ayuntamiento de la ciudad hace años, incluso una década, que lucha contra la inseguridad del lugar, que se dispara por la existencia de esta oferta de ocio conflictiva y de consumos excesivos de sustancias. Un agujero negro.

Froilán / GTRES

Otro digital, Leganes Activo, proporciona más contexto sobre qué hacía Froilán en aquel punto de la localidad. Estaba en el Shangrila, un lugar peculiar. "Un complejo de buffet libre asiático en el que también se realizan fiestas, eventos y cuenta con un pequeño hotel de 4 estrellas. Todo en uno. Era difícil determinar de cual de las zonas salía". Ay. Piensa mal y acertarás. Y no olviden una cosa: Felipe Juan Froilán podría ser rey de España. Vaya crack.

El Shangrila de Froilán / Google Maps