El tarambana mayor dentro de los Borbones, el rey Juan Carlos, está dispuesto a vivir lo que le quede dilapidando su fortuna antes no la hereden sus hijos y nietos cuando se vaya al otro barrio. Por eso ha decidido cambiar de barrio, de ciudad y de país, porque pobrecito, está harto de su retiro dorado en Abu Dhabi. Se ve que el emérito no tiene suficiente con su vida de lujo en el país árabe y quiere volver. Sabe que en España lo tiene complicado, su hijo Felipe y su nuera Letizia no lo quieren tener cerca ni en pintura, por eso se quedará a medio camino. Tal como ha revelado recientemente Telecinco, Juan Carlos, a sus 86 años, ha decidido poner el punto y final a su estancia de casi 4 años en los Emiratos Árabes y poner rumbo, como buen evasor fiscal, hacia un paraíso en la materia: Suiza. La excusa: estar más cerca de su hija Cristina, que vive en Ginebra. Y de paso, estará cerca de sus 1800 millones de euros en depósitos bancarios.
La decisión tiene una derivada, un efecto colateral que ha estallado en los morros del otro tarambana por excelencia de la familia, la otra oveja negra de diferente generación, el nieto de la criatura, Felipe Juan Froilán de Todos los Antros. Felipe, o Pipe, como le gusta que le llamen, se siente como pez fuera del agua en Abu Dhabi ya con su abuelo, así que imaginen qué le pasa por la cabeza ante la posibilidad de que se quede allí solo sin el yayo. Según explica Monarquía Confidencial, el chico está preocupado, abatido y podría "estar en apuros" tras la decisión de Juan Carlos. ¿Por qué? Porque está hasta el gorro. Fuentes del entorno real han confesado que el traslado del emérito "puede ser trascendental para argumentar ante su madre un regreso inminente en España".
Hace unas semanas el nini Borbón se quedó sin trabajo, después de acabar su contrato con una petrolera nacional árabe donde se estaba especializando en relaciones institucionales. Froilán se siente solo, "no se ha adaptado a la vida en el emirato" y no sabe qué hacer para volver cuanto antes a Madrid. JC está tirando de agenda para que coloquen al nieto donde sea, pero la posibilidad no le pitufa al hijo de la infanta Elena. Por una parte, porque eso de trabajar le lame un pie. De la otra, porque eso significaría posponer todavía más su retorno. Explica el citado medio que se han producido "numerosos desencuentros con la infanta Elena por desear volver a Madrid. Froilán se quedaría solo en Abu Dabi, algo que ni el mismo contempla. No encuentra su sitio. No acaba de encajar en aquel país. Su vida allí se reduce a trabajar y a pocos planes de ocio. Por eso, cuando regresa a España se desata”... Y si una cosa le gusta al sobrino de Felipe es desatarse, no pegar sello e ir de fiesta en fiesta, salir de afters y seguir con su vida de il dolce far niente.
"Felipe Juan Froilán se declara bastante saturado de la vida en Emiratos Árabes. Sigue sin congeniar del todo con esa cultura, y no acaba de formar allí un grupo de amigos a su gusto"... ¿Hasta cuándo estará dispuesto a aguantar Froilán?