Felipe Juan Froilán de Todos los Santos está viviendo un renacer en Abu Dabi. Llegó hace unos meses atado de pies y manos, suplicando a sus padres que no lo desterraran, pero no coló. Los Emiratos son el tercer internado de su vida después de Sigüenza, donde tripitió segundo de la ESO, y la academia militar Culver en EE.UU. Ahora, a punto de cumplir 25 años, hace compañía a su abuelo proscrito Juan Carlos. Era el último recurso para detener la espiral de autodestrucción y escándalos nocturnos del sobrino de Felipe VI, era eso o convertirse en el Pocholo malo. Allí le han buscado trabajo, enchufándolo en una compañía estatal bañada en petrodólares, le han puesto un apartamento de lujo y sobre todo, le han ahorrado miradas y objetivos indiscretos. Por fin un poco de calma. Demasiada, quizás.
Sí, porque el tipo se aburre como una ostra. No tiene amigos, no se fía de nadie, no conecta con gente nueva. Nunca ha tenido inquietudes artísticas, culturales u otros hobbies edificantes; por eso se ha convertido en espectador de partidos de pádel y poca cosa más. El sillonball de toda la vida, versión rico. La agenda del día se completa con el trabajo, el que sea (dicen que forma parte del comité organizador de la próxima Cimera del Clima, qué miedo,) y acabar cenando con el yayo y contarse batallitas. Juan Carlos le saca 60 años, pero van a la par en cuestión de anécdotas oscuras. Total: que el sedentarismo se ha convertido en su día a día: antes, en España, cuando menos quemaba calorías pegándose dancings y yendo de un after al otro. Ahora ni eso. Solo suda porque hace calor.
Froilán con Victoria Federica en Suiza, nuevas fotos
Este pasado fin de semana la criatura abandonó Abu Dabi de la mano de su abuelo. Subían a un avión e iban a parar a Ginebra, a la graduación de la prima Irene Urdangarin. Suiza fue el escenario de una concentración borbónica tensa y singular: infieles, inminentes divorciados, huidos, exconvictos, petulantes, malhumorados, enemistados, gorronas… Vaya álbum, ¿no? Nuestro protagonista, Pipe, pudo reencontrarse con su hermanita del alma Victoria Federica. Hacía meses que no coincidían, desde Atenas en el funeral de Constantino II. Tenemos nuevas fotos de la parejita y son jugosas. Especialmente por lo que apreciamos de Froi: se está dejando y mucho.
Barriga y sacándose mocos, imagen dejada del hijo de la infanta Elena
La fotografía no engaña: Marichalar Jr. está cogiendo peso y le ha crecido una barriga de aquellas de "la felicidad", un eufemismo por no decir otra cosa. No le favorece demasiado con la costumbre de llevar pantalones tejanos ajustadísimos y de tipo pescador, que acaban por encima de los tobillos. La cara también se ve más rellenita, cosa que ya habíamos apreciado con anterioridad, pero con la nueva silueta en ropa informal resulta más contundente. Otra imagen llama mucho la atención: mientras salen del lujosísimo hotel Four Seasons lo pillan haciendo una marranada: se saca los mocos a escondidas mientras camina a un metro de su hermana. ¿Dónde acabaría aquello? Mejor no saberlo. En definitiva, que la nueva vida de Froilán no es ni saludable ni presentable en sociedad. Va a peor.
Tranquilo, Froilán: ahora tocan vacaciones en Ibiza y Marbella, puedes ponerte en forma a la vieja usanza. Del tema de la nariz ya tal.