Froilán sufrió otro destierro como Juan Carlos I debido a su comportamiento. El joven había tocado el límite. La paciencia de los reyes se acabó cuando participó en una pelea con arma blanca a las puertas de una discoteca en el lujoso barrio de Salamanca el día de Navidad. Un mes más tarde fue desalojado de un after ilegal en el que llevaba cuatro días de fiesta sin dormir, el local superaba el aforo permitido, solo tenía licencia de sauna, y en la habitación en la que estaba el hermano de Victoria Federica con sus amigos, la policía encontró escondidas sustancias estupefacientes. Felipe VI y Letizia dieron la oportunidad a la infanta Elena de tomar una decisión con su hijo. Ella misma decidió que se marchase una temporada a los Emiratos Árabes con su abuelo, con quien tenía una buena conexión. El emérito aceptó, pero aseguró que no le haría de niñera. Le dio un trabajo y un piso de 500 metros cuadrados.
Parecía que Froilán estaba encauzando su camino, pero sigue siendo el mismo de siempre. Amante de la fiesta y la buena vida. Desde que ha terminado su contrato como becario en la petrolera no ha vuelto al trabajo, ni tampoco tiene un gran interés. A la infanta Elena le conviene más que su residencia fiscal esté en Abu Dabi para utilizarle como testaferro de la herencia de su padre.
Juan Carlos I tiene la pierna izquierda inmóvil y utiliza una silla de ruedas
Froilán es el nieto de Juan Carlos I que más complicidad y contacto tiene a día de hoy con el emérito. Está al corriente de todos sus movimientos y de su salud. Cada vez que el marido de la reina Sofía se desplaza, él también utiliza el avión privado para moverse y volver a Madrid con su familia y amigos.
El hermano de Victoria Federica comunicó a sus primos que la salud de Juan Carlos I en los últimos tiempos es bastante delicada. Tiene muchos dolores y su pierna izquierda está prácticamente inmóvil. Él le ha visto en una silla de ruedas, prácticamente en Abu Dabi se desplaza siempre con ella, la imagen que no quiere que vea nadie. Los problemas de movilidad del marido de la reina Sofía son muy graves y ya no tienen solución. Ni le pueden operar debido a su avanzada edad ni funcionan otros tratamientos. De hecho, Felipe VI ya encargó en su día que se le adaptase el Bribón para que pudiese cumplir sus deseos de participar en las regatas.
