Juan Carlos de Borbón quizás tiene que pensarse mejor eso de volver el 14 de noviembre para navegar en Sanxenxo. Vete a saber si su retorno no acaba en el fondo del mar, después del estallido de un nuevo escándalo de tipo económico que salpica a varios miembros de la Familia Real. El Diario.es informa de la investigación de Anticorrupción contra el d-emérito por la utilización de tarjetas de crédito opacas con fondos provenientes del extranjero durante los años 2016, 2017 y 2018. Las fechas son relevantes, ya que se trataría de irregularidades cometidas una vez abdicado del trono español, hecho por el cual perdería su proverbial inviolabilidad. Precisamente, la argucia gracias a la cual los tribunales españoles lo exoneran de sus corruptelas, y que le habían animado a hacer público que pronto lo volveríamos a ver pisar territorio español. "Pues va a ser que no".

Juan Carlos I compungido / GTRES

La investigación no sólo señala a Juan Carlos, si no que también hace la cruz a la Reina Sofía y, lp más misterioso del caso, a algunos de sus nietos. Ummmm. ¿De quién se podría tratar? Las casas de apuestas harían bien en abrir una línea con este caso, aunque el círculo es estrechísimo. Ni Leonor ni Sofía (así como los actuales monarcas) están bajo sospecha: demasiados jóvenes para ir de tiendecitas con una visa platino. Parece que la prole de los Urdangarín tampoco compiten, que ya tienen bastante fango en casa con las peripecias del Duque Empalmado y la Infanta "quenosabenada" Cristina. Vaya, que sólo nos quedan dos opciones factibles, y bien conocidas por su fanfarroneria y vida disoluta: Froilán y Victoria Federica. La parejita podría ser "la agraciada", aunque, según las redes sociales, el chico y mayor de los hermanos habría comprado más números para la rifa. "Calienta, que sales," le gritan.

Sofía mirada inquietante a Juan Carlos / GTRES

Juan Carlos con Froilán / GTRES

Victoria Federica abraza a Juan Carlos / GTRES

Infanta Elena con Froilán y Victoria Federica pañuelo blanco en los toros / GTRES

Froilán y Vic sólo tienen 22 y 20 años, pero su currículum de desenfreno, incidentes y episodios lamentables es propio de veteranos. Sólo les faltaban sospechas de delitos económicos, y así emular al adorado yayo. Oletú.