Felipe Juan Froilán es más merengón que Florentino Pérez. Desde bien pequeño se deja ver siempre que puede por el palco del Bernabéu. Y aunque parezca difícil de creer, hubo un tiempo en que le gustaba más una pelota con el escudo del Madrid que una escopeta de caza.
Pero el sobrino del rey todavía tiene una pasión futbolera mayor que el conjunto blanco, la selección española. Por eso este martes hizo de tripas corazón y decidió ir a las gradas del campo del rival de la ciudad: el Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid. Pero ayer era el Wanda de todos los santos, perdón, de todos los españoles. Y él delante de todos.
Acompañado de unos amigos ataviados para la ocasión, no dudó en celebrar el 6 a 1 contra la Argentina de Messi. Hablando del Dios futbolístico, estamos interesados en si fue a saludarlo, aprovechando que el jugador del Barça no jugó y vio el partido desde la grada. Quizás le dijo: "te saludo, de Dios a Dios", y los guardaespaldas poniéndose las manos en la cabeza.
Presente en las últimas manifestaciones unionistas contra Catalunya, Froilán se debería encontrar en su salsa escuchando los cánticos del ¡Que viva España!, escuchando los silbidos reiterados cada vez que tocó la pelota Piqué o viendo cómo celebraba la afición la presencia de aficionados con tricornio de Guardia Civil, bufanda de Cataluña is España y una camiseta con el 155 de Rajoy en la espalda... Un cuadro. Pero un cuadro patrio. Así que tira que te vas.
Imaginamos, sin embargo, que frunció el ceño cuando el viento sopló en sentido contrario, cuando el central del Barça fue sustituido en medio de una ovación después de haber completado una gran actuación.
Seguro que le sentó como un tiro en el pie. Sea como sea, nos hemos fijado en un detalle: Froilán va al fútbol como cuando sale a tomar alguna copa. Se va de fiesta igual que celebra la fiesta de la Roja o la fiesta de los toros. Americana, camisa clara y mirada perdida.
Quizás es que a Froilán le tiran más las manis... Seguro que allí no tiene que escuchar aplausos a Piqué...