La vida de Froilán de Marichalar en los Emiratos Árabes Unidos parece haber tomado un giro inesperado y preocupante. Lo que comenzó como una oportunidad para mejorar su vida personal y profesional se ha convertido en una crisis emocional de gravedad. A pesar de las expectativas puestas en su traslado a Abu Dabi, donde su abuelo, Juan Carlos I, facilitó su acceso a un puesto en la empresa petrolera ADNOC, las circunstancias han tomado un rumbo incierto, generando alarma entre sus seres queridos.
El joven Froilán, que inicialmente parecía estar en el camino correcto, pronto se vio atrapado en un entorno que, lejos de ser rehabilitador, lo ha sumido en una profunda desconexión. La falta de un trabajo estable tras la finalización de su contrato y el vacío emocional que ha experimentado lo han llevado a sentirse completamente perdido en un país extranjero. El joven de los Marichalar, acostumbrado a la vida bajo el escrutinio público, se ha visto ahora completamente aislado, sin estructura y sin un propósito claro.
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Froilán no puede más en Abu Dabi
Lo que en principio se planteó como una nueva oportunidad, ha derivado en una sensación de encierro en la que Froilán se enfrenta a sus propios fantasmas sin saber cómo superarlos. El aislamiento y la falta de apoyo en Abu Dabi han sido factores clave en su declive emocional, lo que ha provocado un creciente deseo de regresar a España.
A medida que los días pasaban, Froilán comenzó a sumergirse en una rutina de entretenimiento superficial, asistiendo a eventos sociales con la élite local y buscando distracción en un ambiente festivo, todo ello mientras su bienestar se deterioraba. Fuentes cercanas a la familia aseguran que esta actitud ha empeorado su estado, lo que ha hecho que su familia se preocupe profundamente por su futuro. Cada vez más, Froilán parece no encontrar un propósito más allá de la búsqueda de una salida a esta crisis personal.
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Jaime de Marichalar intenta convencer a Felipe y Letizia, pero sin éxito
Ante la creciente preocupación, Jaime de Marichalar, su padre, ha viajado en ocasiones a Abu Dabi para ofrecerle soporte emocional y tratar de encontrar una solución que pudiera estabilizar su vida. Es el único de la familia que ha mostrado apoyo sincero e incondicional. Ha intentado, además, convencer a la familia real española de que el regreso de Froilán a España sería el mejor camino para ayudarlo a reconstruir su vida. Ha proporcionado garantías de apoyo y alojamiento, con la esperanza de que esto permitiera a su hijo superar la situación.
Sin embargo, la respuesta de la Casa Real de momento es clara: Felipe VI y Letizia desestimaron la propuesta. Temen que su regreso pudiese ocasionar nuevos problemas mediáticos y afectar la imagen de la monarquía.