Froilán permanece en los Emiratos Árabes bajo la supervisión de su abuelo, Juan Carlos I. Aunque el joven tiene deseos de regresar a España, parece que este anhelo no se cumplirá en el corto plazo. La Casa Real prefiere mantenerlo alejado del foco mediático tras las numerosas controversias que han afectado la estabilidad de la institución. En una de sus últimas visitas a Madrid, el hermano de Victoria Federica habló con la prensa y dejó claro que, por el momento, no tiene planes de regresar. "Estoy muy tranquilo allí, la verdad", fueron sus palabras para desmentir los rumores sobre su posible retorno a España, especialmente ahora que ha perdido su trabajo en la empresa petrolera donde trabajaba como becario, puesto que consiguió gracias a las influencias de su abuelo, Juan Carlos I. El rey emérito ya está buscando activamente un nuevo proyecto para su nieto.
Todo indica que Froilán no regresará a España hasta después del fallecimiento de su abuelo, y no solo para mantenerlo fuera del alcance mediático, sino porque se le señala como el testaferro de la infanta Elena. Según se comenta, él recibiría la mitad de la herencia de Juan Carlos, lo que permitiría a su madre evitar declarar esa gran suma de dinero a la Hacienda Pública. A pesar de esto, Froilán ha declarado estar "muy contento" en Abu Dabi.
Felipe y Letizia no pueden ni ver a Froilán
No obstante, se especula que Felipe VI y la reina Letizia podrían estar influyendo en la permanencia de Froilán fuera de España, ya que no le han facilitado su regreso. Según fuentes cercanas, ambos han dejado claro que no desean tenerlo de vuelta en casa. Las recientes polémicas en las que se ha visto envuelto habrían precipitado su exilio junto a su abuelo, decisión que la infanta Elena no aprobaba, pero que finalmente aceptó ante la falta de alternativas.
Froilán ha intentado regresar a España buscando un empleo fijo, uno de los requisitos necesarios para su retorno. Sin embargo, se ha encontrado con múltiples negativas; ninguna empresa ha querido contratarlo debido a su mala reputación y a su currículum, así como a las posibles influencias de Felipe VI, quien, según se dice, habría prohibido a las empresas ofrecerle una oportunidad laboral en el país. De este modo, su regreso a Madrid se ve cada vez más lejano. La percepción general es que Froilán no ha cambiado, pues continúa frecuentando fiestas cuando visita la capital española, comportamiento que la familia real no desea ver repetido. A pesar de sus casi 26 años, sigue siendo considerado inmaduro.
La infanta Elena está profundamente dolida con Felipe VI. Ha solicitado en varias ocasiones el regreso de su hijo para tenerlo cerca, pero el rey ha rechazado categóricamente la idea. Elena está cansada de la distancia que la separa de sus seres queridos. Aunque comprende que Froilán no ha actuado de la mejor manera, considera que, a su edad, es normal que disfrute de la vida nocturna, y siente que la situación actual es injusta.