Ya es oficial: el rey de España es un evasor fiscal. La regularización de 700 mil euros, peccata minuta de los millones robados a Hacienda, supone una confesión en toda regla. La primera de muchos sumarios abiertos. Pero el caso de las tarjetas black era el más urgente de confesar porque Juan Carlos tiene a toda su familia presionándolo. Todos están de mierda hasta el cuello: media docena de Borbones de la línea sucesoria pagan lujos con dinero negro. Son los dos eméritos, las dos infantas y los dos hijos de Elena. El que tenía más números para ir a un juzgado es el sobrino mayor y crápula de Felipe: Froilán.
Los paparazzis saben dónde vive y le han ido a fotografiar con su habitual look desarreglado: tejanos agujereados, zapas, camiseta y gorra. Pero el fotógrafo es muy hábil y retrata un detalle que nadie conocía y que define muy bien a cada persona: la foto del fondo de pantalla del móvil. Podría ser su Audi de lujo, su exnovia de pechos operados o su abuelo materno patrocinador de todos sus vicios. Pero no: es una foto de él mismo. Froilán entre sombras, como un mafioso:
Muchos psicólogos tendrían diagnóstico de qué supone ponerse a uno mismo de foto de fondo de pantalla: narcisismo, egocentrismo, vanidad... Froilán tiene en la foto fija a la persona que más ama: a sí mismo.