Froilán ha terminado sus vacaciones, pero según su círculo cercano no quiere volver a Abu Dabi. Ha comprado que su vida está en España y piensa que su exilio a los Emiratos Árabes es algo temporal. El joven ha protagonizado demasiadas polémicas a lo largo de su adolescencia, las últimas hace unos meses, el pasado 25 de diciembre participó en una pelea con arma blanca a las puertas de discoteca en el barrio de Salamanca, en Madrid. Unas semanas más tarde fue desalojado de un after ilegal que superaba el aforo permitido y donde se encontraron sustancias estupefacientes. Casa Real contactó con la infanta Elena y le dio un ultimátum. La actitud del hermano de Victoria Federica no podía continuar así. O se reconducía o debía marcharse de España para dejar de estar en el foco mediático.
Los Borbones se han distanciado cada vez más de la familia real. Cuando la corona se vio salpicada por el caso Nóos, Letizia obligó a Felipe a distanciarse de toda su familia. No se han vuelto a reunir nunca más, salvo algún acto obligado como el funeral de Constantino de Grecia, pero sin tener contacto. Quien no ha visto desde hace años a ningún miembro de la familia más allá de la reina Sofía es Leonor. La princesa de Asturias y la infanta Sofía no tienen ningún tipo de relación con sus primos.
Froilán no soporta a Leonor ni Letizia
Froilán odia a su tía Letizia. La ve como la culpable de todos los males, como su madre, la infanta Elena, está harto de todos los desplantes a la familia. Por culpa de ella ha terminado en Abu Dabi, donde no es feliz a pesar de tener un trabajo de 7.000 euros de sueldo y un piso de lujo. Pero no es a la única que no tiene ningún cariño, tampoco a su hija Leonor, a quien considera una copia exacta de su madre.
El joven cree que con Leonor la imagen de la familia está totalmente dañada. No van a recuperar el contacto ni el posicionamiento. La princesa de Asturias se está criando al lado de Letizia y el odio al resto es inevitable. Son muchos los que piensan que la reina está haciendo de su hija su imagen y semejanza, lejos de dejarle que tenga su propia identidad. Algunos expertos en la realeza la comparan con una señora de 50 años y solo tiene 17. No conecta con su público, del que será reina en un futuro, incluso del que todavía no ha nacido.