Desde muy joven, Froilán han estado marcados por una sucesión de incidentes que no solo han causado revuelo en la prensa, sino que también han dado pie a decisiones dentro de la Casa Real para gestionar su futuro. Y eso que solo tiene 26 años. No obstante, ha tenido tiempo suficiente como para poner en alerta a la casa real en incontables ocasiones.
El hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, a pesar de ser parte de la familia real, ha tenido siempre comportamiento errático ha generado un creciente malestar, y las constantes controversias siempre le han tenido en el ojo del huracán, afectando la imagen de la institución. Desde peleas públicas hasta implicación en episodios problemáticos con sustancias ilícitas, el joven ha dejado claro que su vida sigue un camino muy alejado de las expectativas de la monarquía.

Medidas extremas con Froilán
La situación llegó a tal punto que la infanta Elena tuvo que tomar cartas en el asunto. Preocupada por los escándalos que su hijo generaba y bajo la presión de su hermano Felipe VI, se vio obligada a buscar una forma de alejarlo de los titulares de prensa. El paso natural fue recurrir a Juan Carlos I, quien, pese a las críticas que recae sobre su figura, ha sido siempre un apoyo constante para sus nietos. Fue él quien ideó la solución más viable para sacarlo del foco mediático: alejarlo de España y colocarle en una ocupación que pudiera darle cierto nivel de estabilidad.
Así fue como Froilán, sin experiencia en el mundo laboral, consiguió un puesto de becario en una empresa petrolera de renombre, gracias a los contactos de su abuelo. Si bien su rendimiento profesional no era el mejor, la remuneración mensual de 7.500 euros le permitió disfrutar de una vida cómoda, alejada de los problemas públicos por un tiempo. No solo eso, sino que también recibió una vivienda acorde a su estatus, de 500 metros cuadrados, completamente costeada por su abuelo.

Juan Carlos I se encarga de que Froilán pueda mantener su vida de lujos y caprichos
Sin embargo, la estabilidad laboral de Froilán duró poco. Al finalizar su contrato en la petrolera, las puertas de muchas empresas se cerraron ante él, ya que su historial personal y profesional lo convertían en un candidato poco deseable. La falta de experiencia y su reputación le dificultaron encontrar una oportunidad laboral acorde a sus expectativas. Pero el jove no se quedó con una mano delante y otra detrás. Continuó recibiendo apoyo económico de su abuelo.
Concretamente, Froilán disfruta de un sueldo mensual de 10.000 euros, una cantidad que le permite llevar un estilo de vida de lujo, sin tener que recurrir a un empleo formal. Gracias a este ingreso, se mantiene con constantes viajes, eventos sociales y otros lujos. Y todo ello sin tener ninguna afinidad con el mundo laboral.
La ayuda económica que Froilán recibe de su abuelo no es única, ya que otros miembros de la familia real, como las infantas Elena y Cristina, también han recibido un trato similar. El emérito siempre ha sido muy generoso con sus hijos y nietos, a excepción de Felipe, Leonor y la infanta Sofía, algo que decidió el propio monarca para proteger la imagen del núcleo duro de la familia real.