Solo lleva 1 mes y medio, pero ya le parece una eternidad. Froilán no se adapta a Abu Dabi, no hay manera. Añora España, la juerga infinita y sus polémicas compañías. La vida de semiyuppie en la jaula de oro de los Emiratos Árabes no es para él. Que su abuelo Juan Carlos haya tenido que pedir más favores a los jeques para acoger a su nieto tarambana le importa un rábano, no es su problema. Él no escogió este destino: la culpa es de la prensa y de su madre Elena, que se dejó engañar. Nadie le ha querido escuchar, no han tenido compasión. Y el tipo dicho basta: ahora busca el penalti desesperadamente, una tarjeta roja, una excusa para subir al primer avión que lo lleve a Madrid.
Que Pipe es un inadaptado era evidente antes de salir hacia el Golfo Pérsico. Ha fracasado en todo, lo único que se le da bien es ir empalmando noches, días, fiestas y desenfreno. Un pobre currículum que no supuso ningún problema para los amigos de Juan Carlos, que aceptaban al nieto del fugado y lo colocaban en la empresa petrolífera nacional, cobrando una pasta sin pegar ni un palo en el agua. Unos privilegios, sin embargo, que no causan ningún efecto beneficioso en el sujeto pasivo. Muy pasivo. Casi una ameba. Trabajar no ha sido nunca su fuerte, pero la desidia ha alcanzado niveles exasperantes. De hecho toda su energía la dedica a eso: a exasperar.
Los escoltas de Juan Carlos, hartos de Froilán
Las alarmas se han disparado con el comportamiento del joven royal de 24 años, que pulula por Abu Dabi solo, abatido y más holgazán que nunca. Passa el día colgado del móvil y ni siquiera encuentra consuelo en su nuevo mejor amigo: uno de los escoltas españoles que lo acompañan en su singladura. Pero no todos los guardaespaldas que vigilan a los Borbones son tan magnánimos con Froilán: la mayoría están alucinando con el personaje, con su falta de compromiso y lo peor de todo: la nula disposición a seguir sus indicaciones. El Confidencial Digital explica que "ha recibido una advertencia de un escolta de su abuelo por no desarrollar un comportamiento ejemplar".
El hijo suplica volver a España, pero su madre Elena le dice que ni hablar
Pasa lo mismo con el emérito, que estaría cambiando la impresión que tiene de su nieto favorito: "Don Juan Carlos ha brindado a su nieto un puesto de trabajo para que asiente la cabeza, pero no termina de madurar y su abuelo no está para hacer de niñera". El emérito fuma en pipa, igual que la madre Elena. El hijo ya la ha llamado pidiendo ayuda para suavizar las cosas con los escoltas e, incluso, conseguir lo que mès ansia: la repatriación. Pero de momento, ni hablar: "Se trata de una posibilidad que ha descartado ante la escasa responsabilidad que muestra su hijo. Elena está convencida de que esta "soledad" le va a venir bien, para madurar y aprender a priorizar. Además, está alejado del foco mediático y eso le da un respiro". El mensaje es claro: "Compórtate".
Froilán tendrá que tensar más la cuerda. Que tiemble Zarzuela.