Vaya por delante que cada uno sale de fiesta cómo, cuándo y con quién le da la gana. Pero vaya, que hay determinadas maneras que convierten la juerga en algo extraño, incluso sórdido. La inmensa mayoría de los mortales quedan con los colegas, su grupo o su pareja para disfrutar de los planes nocturnos bailando, cantando o sencillamente charlando hasta altas horas de la madrugada. Otros, sin embargo, tienen otro estilo, como Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, el hijo de la Infanta Elena y Jaime Marichalar. Un estilo que, además, ha ido perfeccionando a lo largo de sus 23 años de vida. Tanto el sobrino de Felipe VI como su hermana Victoria Federica son verdaderos expertos en la materia.
Ahora bien, la pareja empieza a distanciarse en alguna cosa: Victoria se está convirtiendo en una profesional del 'sarao' y el photocall, mientras que Froilán mantiene otro perfil, alejando de los flashes y los medios de comunicación. Podríamos decir que el joven es más discreto que Vic, vaya, pero si atendemos a lo que ha explicado el programa 'Ya son las ocho' de la promonárquica Sonsoles Ónega, esta discreción es sólo de cara a la galería. Porque cuando Froilán entra en un local, se hace notar.
Según Letícia Requejo, colaboradora del magazín, hace tres semanas el mayor de los Marichalar Borbón protagonizó una escena bastante singular en un local de moda de Madrid. Un karaoke, para ser exactos. Quien haya ido a uno de estos establecimientos sabe dos cosas: que nunca vas solo y que el 99% va allí a cantar. Las estadísticas, sin embargo, están para romperlas: "Llegó solo, sin amigos, y en vez de coger el micrófono y subir al escenario se dedico a ir de mesa en mesa haciéndose amigos". Da un poco de lástima y todo: una de las caras más conocidas de este país y el número 4 en la línea de sucesión al trono, mendigando amistad a desconocidos. Ains.
Parece ser, sin embargo, que un rato más tarde llegó la caballería a salvarlo: "Llegaron una jovenzuelas, entre las que no estaba Mar Torres". Vaya, que la relación con la heredera del imperio del embutido murciano está más seca que la mojama. La colaboradora se sorprende mucho, por su soledad y por haber perdido lo que se suponía era el gran amor de su vida. Rosa Benito y Antonio Rossi salen al rescate: "Qué antiguos sois". Para defender a los 'royals' lo que haga falta: ahora resulta que salir solo es muy moderno. Moderno, pero 'creepy', perdona. Benito añade: "Con lo conocido que es seguro que hizo muchos amigos". El silencio, ese amigo infravalorado en televisión.
Madrid, esa ciudad en la que nunca te encontrarás con tu ex... pero en la que quizás te asalta Froilán en un karaoke. '¡Libertaz!'