Era una de las grandes dudas, pero finalmente tanto Juan Carlos como Froilán asistieron a la fiesta de cumpleaños de Leonor. Letizia y Felipe prepararon a su hija mayor una celebración privada, discreta e íntima, solo con familiares y amigos íntimos. El emérito no quería fallar a su nieta pero estaba muy dolido con los reyes, él quería estar presente en la jura de la Constitución y finalmente se le denegó porque quieren alejar a la futura reina del pasado. El hijo de la infanta Elena pidió unos días de descanso para viajar a España en el avión privado de su abuelo. Los dos aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz y les recogieron coches oficiales. El joven se reunió con su madre, la infanta Elena, pero no vio a su hermana que esa misma semana voló a Perú con su amigo Roca Rey.
Letizia dio un paso al frente e invitó a todos los familiares de Felipe VI, aunque a ella le hubiese gustado más que no hubiesen venido. Se libró de Victoria Federica, pero no de Froilán. La reina no tiene afinidad ni relación con los hijos de la infanta Elena. Nunca le ha gustado que estén cerca de su hija Leonor, y es que han dado demasiados quebraderos de cabeza a la corona. Su comportamiento no es para nada formal. El hijo de Jaime de Marichalar participó a finales del año pasado en una pelea con arma blanca a las puertas de una discoteca en el barrio de Salamanca de Madrid. Un mes más tarde fue desalojado de un after ilegal con licencia de sauna que superaba el aforo permitido y donde se encontraron sustancias estupefacientes. La reina ordenó al rey que Froilán desapareciese de escena. Fue ella quien hizo todos los movimientos para que el hijo de la infanta Elena desapareciese de Madrid. Le dejó sin amigos, sin familia y sin pareja.
Letizia no puede ni ver a Froilán
Froilán acudió al cumpleaños de su prima atado en corto. Estuvo en todo momento al lado de su madre, su tía Cristina y sus primos Miguel e Irene. No tiene una gran relación con ellos, él se lleva mejor con Pablo y Juan que son más de su edad, o con su hermana Victoria.
Una vez más se vio durante la cena que en la familia existen dos bandos claramente diferenciados. La familia está totalmente rota, y tiene difícil arreglo. Letizia no le dirigió la palabra a Froilán en ningún momento, ni tan siquiera para saludarle, tampoco a la infanta Elena. Ella se sentó al lado de su marido y de sus hijas. Tuvo muy cerca a los Ortiz Rocasolano, sus salvavidas en una celebración infernal. Entre Froilán y Jesús Ortiz también saltaron chispas, el joven sería quien había hecho creer a los medios de comunicación que el periodista era republicano.