No lo está pasando nada bien Froilán en su aventura por Abu Dabi. Parece que la mudanza fue la estrategia de la infanta Elena para poner fin a los escándalos que rodeaban a su hijo. Y lo cierto es que, al menos desde este flanco, en la familia real se respira más tranquilidad sin las travesuras del hermano de Victoria Federica. Pero como decíamos, Froilán está harto de los Emiratos Árabes, la arena y los camellos. Y quiere volver cuanto antes de forma definitiva.
La mente maestra detrás de este plan de exilio fue la reina Letizia, que presionó a Felipe VI para que recomendara a la infanta Elena que alejara a Froilán de España y de los focos de la prensa. Y a decir verdad, a Elena no le pareció mala idea alejar a su hijo. Los escándalos constantes no hacían más que dañar la imagen de la familia real, pero también la de la propia infanta y la de Froilán.
Froilán, apoyado por su padre, quiere volver a España
Ahora bien, su padre, Jaime de Marichalar, no ve tan bien este 'exilio'. Al parecer, según Monarquía Confidencial, hubo una discusión épica entre Jaime y Elena. Por teléfono: “Que no se te olvide que Froilán es el cuarto en la línea de sucesión al trono de España”. Y es que Jaime piensa que acercar a Froilán a Juan Carlos podría ser más problema que solución.
Sin embargo, Elena sigue oponiéndose a esta opción. Aunque su motivo ahora no tiene nada que ver con los escándalos en los que ha estado envuelto en España, sino con la herencia del rey emérito Juan Carlos I. Según varias fuentes, el ex monarca tiene una fortuna de más de 1.800 millones de euros. Una suma que ya podría repartir entre sus herederos. Y considerando que Felipe renunció a su parte, tocarían más o menos unos 900 millones para cada una de las infantas. Una cifra que ni Juan Carlos I ni las infantas quieren que toquen en el fisco. Es decir, no quieren pagar ni un euro en impuestos a la que presumen que es su patria.
La infanta Elena quiere que Froilán se quede en Abu Dabi para usarlo de testaferro
En este sentido, Cristina no tendrá problemas para recibir el dinero sin penalizaciones, ya que tiene su domicilio fiscal en Suiza, pero Elena reside en Madrid. Y aquí es donde entra Froilán y la prohibición de Elena de que regrese a España. La infanta quiere que su hijo mayor sea el testaferro. Froilán recibiría el dinero sin complicaciones y Elena se convertiría en la administradora, una jugada maestra.