Froilán ha sobrepasado todos los límites. El hijo de la infanta Elena le ha dado todo tipo de disgustos desde su adolescencia, en la que vive de forma permanente, a pesar de sus 25 años. Zarzuela le ha llamado la atención en numerosas ocasiones, tanto a él como a sus padres, pero no logran enmendarlo. El pasado 25 de diciembre participó en una pelea con arma blanca a las puertas de una discoteca en el lujoso barrio de Salamanca de Madrid. Después de este toque de atención, el hijo de Jaime de Marichalar pasó cuatro días sin dormir, de after en after. Se le desalojó de uno de ellos que sobrepasaba el aforo permitido y tenía licencia de sauna, además en la habitación donde se encontraba el sobrino de Felipe con unos amigos encontraron estupefacientes.

Casa Real no podía permitir más tiempo esta actitud, así que obligaron a la infanta Elena a actuar. Ya hace tiempo que se había valorado la posibilidad de llevar a Froilán a Abu Dabi con Juan Carlos I. Para el joven su abuelo es un reflejo en el que mirarse, de hecho, son tal para cual. Creyeron que al lado de éste mejoraría su actitud, además lograrían que no estuviese en el foco mediático. Pero no ha sido así.

Froilán

Froilán está harto de permanecer a miles de kilómetros de sus amigos. En Abu Dabi no se integra. No ha encontrado su lugar. De momento no tiene amigos. Está solo. Hace unos días se encaró a uno de los escoltas que le vigila y llamó en varias ocasiones a su madre llorando pidiéndole volver, pero ha recibido una negativa como respuesta. No puede hacer nada hasta que Felipe le levante el veto.

Froilán no mejora su comportamiento en Abu Dabi 

El hermano de Victoria Federica siempre ha tenido fama de mujeriego, bebedor y vago. Le encanta la fiesta, ni quiere estudiar ni trabajar, nunca ha sido buenos los estudios. Ha repetido varios cursos, y no ha servido de nada ingresarle en varios internados de máxima reputación.

Froilán y Juan Carlos I

Juan Carlos I no quiso hacerle de niñera, y aunque le ha dejado en manos de su mejor amigo, se ha desentendido totalmente. Le buscó un trabajo en una petrolea por el que ingresa más de 6.000 euros al mes y un piso a todo lujo, más grande que el que vivía con su madre, y aquí para él solo. Hay días que Froilán ni tan siquiera acude al trabajo, y no se le despide por ser el nieto del emérito.

Cuando sale del trabajo refugia sus penas en el alcohol. Se pasa todo el día holgazaneando y bebiendo. Así es su vida en Abu Dabi. Ha llegado a los oídos de la infanta Elena y está muy preocupada. Peor aún será si Froilán encuentra unos amigos con sus mismos gustos. Allí la riqueza es mil veces mayor. Puede armar todo un escándalo.