El verano ha provocado un fenómeno curioso en la Familia Real española: la vida de Froilán y Victoria Federica, escandalosos sobrinos del monarca Felipe e hijos del pintoresco exmatrimonio de Elena de Borbón y Jaime Marichalar, se había calmado. Ninguno 'pollo', ninguna polémica, ninguna situación marca de la casa que los retratara por enésima vez. La vida en Marbella ha sido una especie de oasis. Vic ha sido la más activa y visible de esta dupla, de desfile de alta costura en París con 'papá marinero', o de conciertos en el festvial Starlite 'perreant' con Omar Montes, en plan estrella. En cuanto a Froilán, ni cinco. Sólo ha dado señales de vida en las postrimerías de agosto, al saberse que ha vuelto con su exnovia. La recuerdan seguro: Mar Torres, la heredera del imperio del embutido españolista El Pozo y aspirante frustrada a influencer. Y decimos frustrada porque lo primero que ha hecho al salir nuevamente con el chico ha sido eliminar el contenido más polémico de su cuenta.
La relación de Torres y Marichalar ha sido fuente de episodios imborrables, especialmente aquella pelea a gritos en una terraza, donde Froilán parecía ir muy excitado. Los excesos del protagonista son legendarios, como han detallado testimonios próximos y más de una crónica. La hermana no se queda atrás. Al final, 'la cabra tira al monte', y no han podido reprimir su ira, altivez, prepotencia y formas deplorables. La han líado enfrentándose a la policía por unas infracciones de tráfico, un clásico.
Ay, los coches. Vaya relación con las cuatro ruedas. Son de gustos caros, como el padre, y a pesar de ser estudiantes (no demasiado buenos, pero muy caros) y de no haber trabajado en la vida, se permiten el lujo de comprar modelos de 80.000€ con alegría. Claro, son los nietos del alma del abuelo Juan Carlos, que no te regala calcetines por tu cumpleaños, sino tarjetas black. ¿Y qué haces cuando subes al cochazo y vas a dar una vuelta por la ciudad? Pues pasarte las normas más elementales de circulación por el arco de triunfo, aparcando donde les da la gana. Froilán batió un récord, multado al cuarto de hora del estreno. Las imágenes de lo que hicieron al ver la sanción dieron la vuelta al mundo, riéndose y pasando de todo.
No ha ocurrido lo mismo estos días en Marbella. O sí. Los han multado no una, sino dos veces, una a cada uno. Iban por separado a una comida con amigos en coches diferentes. Apostamos a que estaban llenos de banderitas españolas, herencia inmaterial de la madre. Al llegar al lugar, el show: el chico, sobre un paso de peatones. La chica, sobre una parada de taxis. La policía los sancionó, normal. Los que no lo son, la pareja 'royal': según se lee en El Español, "Victoria Federica se puso muy insolente con los agentes, pero de ahí no paso la cosa". Él, sin embargo, perdió los estribos, manteniendo una charla "muy subida de tono" y en la que se puso "muy enterado y empezó a grabar a los policías con su móvil". Eso sí, lo que mejor retrata al personaje es la frase que soltó a la policía al ver que no lo retiraban la multa de 200€. 100% Borbón: "Vosotros no sabéis quién soy yo". Y tanto que lo saben, tete. Y tu fama te precede. La mala, claro, porque todavía esperamos un solo motivo para hablar de sus idas y venidas en términos de elogio. Y aquí seguimos.
Los dos al volante son 'too fast, too furious', "demasiado rápidos, demasiado furiosos". Y too creídos, también. La pareja ha vuelto a las pistas y quema rueda. Qué miedo, y qué vergüenza.