Los Borbones continúan a su rollo: demostrando su desprecio más absoluto por las normas básicas de convivencia. Un comportamiento que, antes de la pandemia, monopolizaba Juan Carlos I y sus escándalos diversos, pero que el estallido del coronavirus ha hecho que se extienda por las diferentes ramas de este árbol podrido. De los que más destacan son sus nietos amados: la pareja Froilán - Victoria Federica. Dos especímenes que bien podrían escribir una enciclopedia de cómo pasarse las medidas anticovid por el arco de triunfo. Hemos perdido la cuenta ya de las veces que los Marichalar-Borbón se han saltado las restricciones, cierres y confinamientos. Sería más fácil señalar cuándo han seguido alguna de las normas. Les importa todo un rábano: 10, 20, 50 mil o 1 millón de muertos más tarde, siguen disfrutando de una escalofriante bula: "pili y mili" están en Marbella con toda su tropa aunque Andalucía está cerrada perimetralmente.
El diario 'El Confidencial' publica que ambos llegaron a la localidad malagueña para pasar las vacaciones de Semana Santa a todo trapo. Vic ha ido con su novio disc-jockey y el hermano, soltero de oro según los rankings de la prensa cortesana, con los colegas de 'parranda'. El texto, por cierto, no puede ser más indulgente y adulardor, y en ningún momento cuestiona su conducta. Que sí "hacen turismo", "disfrutan de los amigos y la playa", "comen pescaíto", "van a locales de moda como 'El Tonteo'", "gente guapa", "Froilán es todo un príncipe"... una maravilla. Imposible leerlo sin una pinza en la nariz. La indignación es total en las redes: de aquellos que respetan las medidas contra el coronavirus, y de los que están hasta las narices de este tipo de personajes. "El cierre perimetral es para pobres", "Demencial. Casta borbónica", o, por ejemplo, lo que escribe el abogado Gonzalo Boye, que va más allá y hace una reflexión de maestro: "¿estos también son inviolables?"
Froilán y Victoria ya surfean la cuarta olaade la pandemia y se ríen del resto de la ciudadanía. La sangre se altera, sí, pero ¿qué era de esperar de estos dos elementos, viendo el ejemplo del abuelo o de su propia madre? Así todo.