Froilán es el nieto mayor de Juan Carlos y Sofía, y también el que más la lía. Empezó a ganarse la fama en la boda de Felipe y Letizia, de pequeño, dando patadas a sus primos en medio de la ceremonia. Después llegó el disparo a su propio pie, por el que fue operado, y que alimentó todavía más la imagen de travieso.
Ya como mayor de edad, hemos podido ver sus trifulcas nocturnas... y ahora también sus fiestas en la zona alta de Madrid que, afortunadamente, acaban sin problemas.
Según publica Vanitatis, a Froilán, "como a Julio Iglesias, le gustan las mujeres y el vino". Es difícil localizarlo de fiesta, pues "sabe pasar desapercibido, como buen borbón". Esta vez, se ha paseado por el acomodado barrio de Salamanca de Madrid a las cinco de la madrugada, tras una noche de fiesta.
Con una gorra que le tapa hasta los ojos, y un "modelito juancarlista" de cuando viajaba a Botswana, Froilán hizo como tantos otros jóvenes tras la juerga: alimentarse con las únicas ofertas culinarias que se encuentran en aquellas horas.
@WWF_Suisse #Botswana tuer un elephant 20.000€ Caprice royal d'un autre âge. Honte au roy Juan Carlos @WWFespana pic.twitter.com/IFkBecnmAz
— Ophrys (@OrchisPyramidal) 23 de agosto de 2016
Ahora bien, el nieto de Juan Carlos parecía no haber cenado. Según el citado medio, Froilán se tragó lo siguiente en cuestión de minutos: primero, un par de donuts de chocolate, después un burrito mexicano, también una pizza de refrigerados y, como postre, un fuet... ¿un homenaje a Catalunya?
Tras no dejar un solo alimento vivo, de vuelta a casa. Y hasta la próxima.