Froilán es el nieto mayor de Juan Carlos y Sofía, y también el que más la lía. Empezó a ganarse la fama en la boda de Felipe y Letizia, de pequeño, dando patadas a sus primos en medio de la ceremonia. Después llegó el disparo a su propio pie, por el que fue operado, y que alimentó todavía más la imagen de travieso.
Ya como mayor de edad, hemos podido ver sus trifulcas nocturnas... y ahora también sus fiestas en la zona alta de Madrid que, afortunadamente, acaban sin problemas.
Según publica Vanitatis, a Froilán, "como a Julio Iglesias, le gustan las mujeres y el vino". Es difícil localizarlo de fiesta, pues "sabe pasar desapercibido, como buen borbón". Esta vez, se ha paseado por el acomodado barrio de Salamanca de Madrid a las cinco de la madrugada, tras una noche de fiesta.
Con una gorra que le tapa hasta los ojos, y un "modelito juancarlista" de cuando viajaba a Botswana, Froilán hizo como tantos otros jóvenes tras la juerga: alimentarse con las únicas ofertas culinarias que se encuentran en aquellas horas.
Ahora bien, el nieto de Juan Carlos parecía no haber cenado. Según el citado medio, Froilán se tragó lo siguiente en cuestión de minutos: primero, un par de donuts de chocolate, después un burrito mexicano, también una pizza de refrigerados y, como postre, un fuet... ¿un homenaje a Catalunya?
Tras no dejar un solo alimento vivo, de vuelta a casa. Y hasta la próxima.