Era cuestión de tiempo, a pesar de haberse hecho esperar más de la cuenta. 5 capítulos, para ser exactos. Pero ha pasado lo que tenía que pasar, es decir: que Jaime Peñafiel pusiera a parir la serie "Los Borbones, una familia real." Un producto de Atresmedia dirigido por Ana Pastor y Aitor Gabilondo, y en el que, resumiendo mucho la cosa, su ídolo Juan Carlos no sale bien parado, no. Es más, el mensaje es bastante claro: es una pesada cruz con la que Felipe tiene que cargar mientras intenta salvar la monarquía. Bueno, más que 'El Preparao', a la que señalan como heroína es a su mujer Letizia. El cóctel perfecto para la creación de un huracán en el cerebro y la pluma de Jaime, que a pesar de sus 90 años recién celebrados mantiene la lucidez y la memoria intactas para atacar como buen soldado de la tropa mediática juancarlista. La furia ya está aquí.
Peñafiel no está para bromas, su futuro y presente no depende de tener más o menos apariciones públicas en medios de comunicación. O dicho de otra manera, se la trae al pairo que Ana Pastor o su marido Antonio García Ferreras lo veten en La Sexta. Quizás en otro momento de su vida hubiera sido más sibilino, pero a junio de 2022 y con el emérito otra vez alejado de España, ni hablar del peluquín. Sentencia la serie con adjetivos contundentes: "Cínicamente tendenciosa" dice en el titular, pero en el interior del texto es más explícito e hiriente.
Va fuerte desde el primer párrafo en LOC: Ana Pastor y el guionista Aitor Gabilondo "son unos cortesanos de padre y muy señor mío. Colaboran en una operación mediática dictada por la Consorte real para ensuciar y hundir al Rey Juan Carlos, endiosar a Felipe VI y, sobre todo, ensalzar a Letizia, afirmando que es "la única de la familia que no está manchada por un escándalo". Una afirmación atrevida que le hace de puerta de entrada al enésimo repaso de las miserias personales de Ortiz: "Letizia pasado tiene". Le vuelve a sacar el tema del aborto ("si Sofía se entera la boda es inviable"), y rebate el argumento que sea la que salvará la monarquía. "Una frase babosa", espeta. Ya ven que cuando Peñafiel se refiere a la consorte siempre le salen las expresiones más dulces.
Jaime le saca el polvo a otro episodio muy comentado, el de la batalla de reinas en la Catedral de Palma. Se pone del lado de Sofía, claro, porque aunque tampoco la soporta (como Juan Carlos), siempre es mejor un susto que una muerte. Y acaba poniendo la guinda con aquello de la nieta de un taxista, divorciada, de pasado republicano y rojo, etcétera, todo eso por lo cual Juan Carlos la desprecia desde el primer día. Lo hace con un extenso relato de la figura de Paco el Comunista, el abuelo de la reina, un taxista que había combatido al fascismo en la Guerra Civil y, años más tarde, organizaría la primera huelga del sector en plena dictadura. Eso sí, "se trataba de un hombre bueno, simpático y solidario," apunta. No como la nieta. Todo eso lo sabe porque subió al taxi de la persona que le compró la licencia y el vehículo, y confía en su fuente. No me digan que no tiene mala leche, qué va.
Peñafiel valora la serie con 0 estrellas. Pero para detestarla tanto, no se la pierde. Y con toda su atención. Guilty pleasure.