Genoveva Casanova, le guste o no, es la protagonista de un serial internacional de repercusiones royal. La socialité mexicana, ex de Cayetano Martínez de Irujo, ha hecho temblar todo un reino como el de Dinamarca. Aquellas instantáneas con el entonces príncipe Federico, de cita romántica y secreta por Madrid, mientras su mujer Mary Donaldson estaba en Nueva York ofreciendo un discurso en la ONU. Es decir, trabajando. El danés también trabajaba, pero en otro terreno, el de la infidelidad. Flamenco, cenas, visitas y cambios en un apartamento, y también paseos de tortolitos por el parque del Retiro. El estallido de la bomba, con Felipe y Letizia de invitados de la reina Margarita en Copenhague, fue demoledor. Y ha acabado con abdicaciones, coronaciones y pactos de silencio. Ahora estamos en la fase de publicidad, de vender el producto "somos un matrimonio feliz". Les cuesta, pero van dando pasitos. Otra cosa es que sean creíbles, que no lo son.
Si en Escandinavia el tema ha sido un escándalo brutal, en España también se ha movido la cosa. Y el objetivo número 1 era Genoveva. Una mujer que huyó asustada, consciente del alboroto que había montado. Ha pasado 100 días desaparecida, encontrando cobijo en los palacios de su ex, hasta que ha empezado a normalizar su vida. Y a facturar, claro: de llorar y anunciar demandas, a convertirse en el otro fichaje estrella de 'El Desafío', el concurso de VIPS de la productora de Pablo Motos y que cuenta con la nini Victoria Federica como gran reclamo. Casanova, quien ya era una celebridad más o menos accesible, ahora ha mutado en una especie de diva con manía persecutoria, todo el día camuflada. El equipaje con el que ha salido a correr por el antiguo escenario de sus citas parece una exageración.
El vídeo, de apariencia inocente y que transmite supuesto buen rollo, vuelve a provocar nervios en Dinamarca. Allí se publicó que la intención del monarca era la de separarse de la australiana y acabar convirtiendo en regente a su amante. Pero al descubrirse todo antes de tiempo, Federico tuvo que abortar la misión y arrodillarse ante Donaldson. No quedaba otra. Genoveva toca la fibra sensible no tanto por los gestos de positividad, quizás de desafío, que envía al universo virtual. No, la razón es el texto. Ponerse intenso con la escritura puede provocar malentendidos. O no.
Se supone que la cosa va del esfuerzo que hace para ponerse en forma, para superar metas físicas y mentales. Todo fenomenal, apunten: su marca es de "4.5 kms en 35 mins". Sabe correr, ya lo demostró desapareciendo del mapa tras la exclusiva. Antes de compartir la marca, eso sí, había dejado la perla, la pulla, el mensaje a su ex. Lo que consideren más oportuno. "Lo importante no es cuantas veces te caes, si no cuantas veces te vuelves a levantar". ¿Levantarse para volver a intentarlo con su gran amor, o quizás decir eso de "que pase el siguiente"? Respuestas en próximos capítulos.