Leonor se ha convertido, por méritos propios, en la royal más seguida y por la cual hay más curiosidad. Ha avanzado por la derecha a sus padres Felipe y Letizia, y no hay que decir que ha hecho lo mismo con sus homólogos en las realezas europeas. La princesa española es la Borbón de la cual más quieren saber los ciudadanos. La heredera, acostumbrados a un hermetismo exagerado por parte de Zarzuela, ahora está en boca de todo el mundo y su viaje a bordo del buque-escuela Juan Sebastián Elcano se ha convertido en un acontecimiento muy seguido por parte de medios de todas partes. Especialmente, cuando se la ve más allá de las prácticas a bordo del barco. Es decir, cuando se la ve una vez llega a los respectivos puertos de países sudamericanos.
La hija de los reyes ha generado muchos comentarios cuando la hemos visto de noche, en una discoteca, vestida para la ocasión, al lado de su chico, bebiendo una litrona de cerveza en otro local o entrando en una tienda. Por no hablar de qué supuso la semana pasada verla aparecer en la portada de la revista Diez Minutos en bikini en una playa de Montevideo, y en páginas interiores, viéndola remojándose en el agua, en un chiringuito con sus compañeros y su novio o con gafas de sol poniéndose morena.
La hija mayor de los monarcas está consiguiendo que todo lo que haga, o todos los lugares donde vaya, especialmente en sus ratos libres y de ocio, sean un acontecimiento. Y su actitud corporal, también. La revista Vanitatis se ha fijado en Leonor a su llegada a Chile, por ejemplo, en Valparaíso, donde destacan de ella que ha puesto en práctica una expresión con la cara, una sonrisa, que tiene marca patentada. "La hija de los Reyes cuenta en varias imágenes con la conocida como sonrisa de Duchenne. Denominada así en honor a Guillaume-Benjamin-Amand Duchenne, médico y neurólogo francés que fue pionero en sus estudios sobre la fisiología de los músculos faciales y las expresiones emocionales, está considerada la expresión más genuina de felicidad en el lenguaje corporal". La joven Borbón, risueña y radiante, "se sonríe con la boca, pero también con la mirada, como se aprecia en el caso de la Princesa. Esta sonrisa es un indicador muy fiable de alegría auténtica, ya que es difícil de fingir conscientemente. Eso sí, sin dejar de lado la oficialidad y formalidad".
La mencionada publicación se ha fijado en otro detalle corporal, más allá de la sonrisa. Un gesto que ha hecho con la mano, espontáneo, y muy poco habitual en las realezas. Un gesto que puede parecer muy común, pero que entre royals no lo es tanto: "De hecho, hay celebridades que expresamente prohíben que se les toque durante las fotografías". Y eso es lo que ha hecho Leonor cuando ha ido a un restaurante. Se ha hecho una foto con los propietarios, encantados de la vida de tan real visita, y en una imagen aparece cogiendo por el brazo a una de las mujeres del local, una trabajadora del restaurante 'Don Emelio', correspondiendo a la anterior visita a Chile, en Viña del Mar. "Genera una sensación inmediata de cercanía y puede reforzar la conexión emocional entre dos personas, incluso en encuentros breves como una foto. Por ello, en un contexto como este, no solo comunica calidez y empatía, sino que también busca romper la barrera entre figura pública y el 'admirador".
Un contacto que no olvidará nunca la propietaria del restaurante.