De todos es sabido que la enemiga pública número 1 de la reina Letizia es Marie-Chantal Miller, la mujer de Pablo de Grecia, la persona que lo ha puesto en su sitio de manera más demoledora, la royal que le dijo cuatro cosas bien dichas después del feo que le hizo la asturiana a su suegra, la griega y familia de Marie-Chantal, la reina Sofía, en la Catedral de Palma. Después de ver cómo la reina española trataba a la reina emérita, Miller estalló y no se mordió la lengua a la hora de dejar a Letizia por los suelos: "¡Esto es horrible! ¡Ninguna abuela merece este tipo de trato!. Letizia ha mostrado su verdadera cara".
Con los años, la tensión no ha disminuido y no disimula que no soporta a la mujer del primo de su marido. La empresaria pasó olímpicamente de ella cuando se reencontraron hace unas semanas en el funeral del duque de Edimburgo en Londres. Ahora, se ha ido unos días de vacaciones con la familia, concretamente, a Roma. En la capital italiana ha ido bien acompañada de su marido y de su hija mayor, la princesa Olympia, donde todos han disfrutado de las bondades de la ciudad eterna. ¿Qué han hecho? No han parado. Por ejemplo, visitando a su gran amigo, el diseñador Valentino, que hoy precisamente cumple 90 años, y que fue quien diseñó el vestido que llevó cuando se casó con Pablo. Aperitivo precioso en la azotea, champagne y confidencias.
También, cena en el espectacular y aristocrático Palazzo Ruspoli, de estilo renacentista del siglo XVI, en la mítica Via dei Corsi. La escapada romana también incluyó, sólo faltaría, degustar unos buenos spaghetti carbonara en la trattoria Al Moro, cerca de la Fontana di Trevi, o comer un sabroso helado.
Miller no ha ido sólo con su marido Pablo y su hija Olympia... También ha ido alguien que no falla y que siempre va donde va ella... su inseparable compañero de vida, su perrito Echo, un cachorro de raza Teckel que va con ella a todas partes. Un perrito que ha disfrutado también de estas minivacaciones, de un plato de guisantes y una copa de vino y de un helado:
"That's amore", escribe en redes la hija de Marie-Chantal sobre esta imagen, parafraseando el mítico tema de Dean Martin. Seguro que ver estas imágenes habrá hecho mucho daño a Felipe, Leonor y Sofía. Seguro que ver como unos royals cómo su primo Pablo se marcha de vacaciones con su mujer, su hija... y su perro, habrá hecho llorar de pena, de nostalgia y de envidia al monarca español. ¿Por qué? Porque recordamos que si no fuera por Letizia, él y las niñas tendrían un perrito en casa corriendo arriba y abajo. "Letizia incluso expulsó al perro de la Zarzuela"!, decía Pilar Eyre. Jaime Peñafiel fue un poco más lejos y desde el diario República.com acusaba a Letizia de acabar con la presencia canina en Palacio, cuando hace años en la Zarzuela cada miembro de la familia llegó a tener su perro: "Felipe, "Balú”, un terrier y, más tarde, al pobre “Puskin”, un schnauzer; su hermana Elena, un golden retriever, “Bruja”; Cristina, un teckel, “Gringo". Cuando Puskin intuía que Felipe se iba de viaje, empezaba a tener problemas de estómago, vomitando con frecuencia. El príncipe no llamaba a nadie del servicio para recoger los vómitos, lo hacía el mismo. Cuando en 2004 contrae matrimonio, lo primero que hizo Letizia fue prohibir que el perro durmiera no en el dormitorio con su amo sino en la casa. No soportaba entonces ni los perros ni los gatos".
¿Y qué se hizo de aquel animal?: "Felipe lo pasó muy mal. Pero, como se está viendo, para evitar mayores problemas, aceptó lo que ella había decidido. Cuando al pobre perro le echaron de la casa, debió internarse en los montes que rodean La Zarzuela. Posiblemente, moriría de frío o atacado por los jabalies u otras alimañas que habitan en la reserva porque de él no se volvió a saber"... Seguro que Felipe querría que cuando se marcha de vacaciones con Letizia y las niñas, Puskin les pudiera haber acompañado como hace Echo con Marie-Chantal.