La princesa Leonor sigue su formación en la Academia Militar de Zaragoza, un camino que comenzó en el curso 2023/2024 bajo la mirada atenta del pueblo español. Este proceso, destinado a prepararla para su futura posición como reina, está rodeado de una aparente imagen de igualdad y disciplina proyectada por los reyes. Sin embargo, tras esta fachada se oculta una realidad más compleja y controvertida llena de privilegios.
A pesar de las afirmaciones de Felipe y Letizia de que Leonor recibiría un trato igualitario en el cuartel, muchos de sus compañeros señalan la existencia de trampas y privilegios que la colocan en una posición destacada dentro de la academia militar. Estos beneficios están respaldados por una ley que permite al Gobierno establecer un "régimen propio y diferenciado" para el heredero de la corona, lo que se traduce en una serie de excepciones que facilitan su avance en la formación.
La princesa Leonor goza de todos los privilegios en la Academia Militar
Uno de los privilegios más evidentes es la reducción del programa de formación militar de cuatro a tres años para Leonor, quien automáticamente pasa un curso. Además, su participación en eventos especiales, como el juramento de la bandera, donde fue la primera en hacerlo, alimenta la percepción de un trato preferencial hacia ella, aunque se insista en la igualdad de condiciones.
Aunque se enfatiza el trato igualitario, los detalles revelan una clara distinción. Los resultados académicos de Leonor no serán considerados, ya que está destinada a ser siempre la primera de su promoción debido a su "condición especial". Los ascensos también serán automáticos, independientemente de su desempeño real en el curso.
Sus resultados no computan para determinar si supera la formación
A pesar de destacarse en la teoría, Leonor enfrenta dificultades en las pruebas físicas, ubicándose entre los peores. Rumores en círculos clandestinos sugieren que no alcanza el mínimo exigido en estas pruebas, lo que genera descontento entre algunos cadetes que ven en ello un trato de favor hacia la princesa. Para ella no es un problema no superar las pruebas físicas.
En círculos privados, algunos cadetes expresan preocupación por la integridad y equidad dentro de la academia, denunciando las trampas y el favoritismo que rodean a la princesa Leonor. Sin embargo, no lo expresarán públicamente. El miedo a la expulsión les impide hablar sobre estos privilegios. Ello evidencia la falta de transparencia y la cultura de silencio que prevalece en la institución militar cuando se trata de miembros de la monarquía.