Nadie puede olvidar aquellas portadas de revistas protagonizadas por Paloma Rocasolano como si fuese Ana Obregón dando la bienvenida al verano. Ella no sabía que estaba siendo fotografiada. Son las únicas fotografías de la hija de la reina, cuando era princesa. Se mostró como una ciudadana más, muy humilde. Todos los veranos viajaba a Benidorm donde salía a la playa todas las mañanas sobre las siete, acompañada de sus padres. Iba en bañador y llevaba la silla plegable, la sombrilla y la nevera con bocadillos y refrescos. Una imagen cotidiana. Sin embargo, ya no queda nada de la sencillez de la madre de la reina. Ahora su vida se rodea por lujo. Viajes al otro lado del charco, restaurantes de estrecha Michelin, barco, avión privado y prendas caras. Ni Juan Carlos ni Sofía conocen a aquella enfermera jubilada de unos modales en la mesa que les ponían nerviosos.

Paloma Rocasolano premios princesa

La figura de Paloma Rocasolano, en otro tiempo prominente, ahora parece distante. En la actualidad, se desenvuelve con soltura en la zona más lujosa de Madrid, conocida como la Milla de Oro y situada en el exclusivo barrio de Salamanca. Se relaciona con la alta sociedad en los restaurantes de moda de la capital y visita las boutiques más exclusivas, invirtiendo sin reparos en tratamientos estéticos que buscan rejuvenecer su aspecto.

Los lujos y privilegios que Paloma Rocasolano disfruta se deben en gran parte a su conexión familiar con la realeza. No solo se enorgullece de ser la madre de la reina de España, sino que también acompaña a Letizia en eventos donde puede aprovechar esta relación.

Paloma Rocasolano se aprovecha de Letizia: "soy la madre de la reina" 

Cada quince días, Letizia asiste al showroom de Carolina Herrera en Madrid, ubicado en la calle Claudio Coello. En estas ocasiones, Paloma Rocasolano siempre la acompaña, esperando con entusiasmo este día y organizando su agenda para poder aprovechar la oportunidad de obtener ropa de forma gratuita. La conocida escritora Pilar Eyre, en su columna en Lecturas, narra cómo madre e hija arrasan con la selección de prendas presentadas por el personal de la tienda, que ya está familiarizado con sus gustos. Se les ofrece un catálogo de prendas cuidadosamente elegidas, mayoritariamente en talla 36, la más pequeña disponible. La activa participación de Paloma en la elección de prendas refuerza esta dinámica, llevándose ambas sus favoritas.

Paloma Rocasolano y Ana Pastor

El vestidor de Paloma Rocasolano se erige como uno de los más distinguidos, repleto de marcas de renombre y con piezas realmente caras, de miles de euros. La jubilada comparte las mismas firmas de moda que su hija, contando además con el asesoramiento de un estilista que maximiza su potencial estético.

Paloma Rocasolano siempre se aprovecha de su apellido para no pagar ni un euro. “Soy la madre de la reina”, dice siempre que entra a comprar a alguna tienda para recibir un mejor trato y si puede ser llevarse algún objeto. La conocen demasiado bien y en algunos sitios tiene ya prohibido el acceso.