Inglaterra vive este viernes 7 de junio la boda del año. Hugh Grosvenor, el multimillonario duque de Westminster, se casa con Olivia Henson. Si eres alguien en el Reino Unido, seguramente habrás recibido la invitación. Bien, algunos incluso han tenido que devolverla, como Enrique de Sussex. A pesar de ser amigo de los novios, la situación no es la más adecuada para el hermano del príncipe Guillermo. Las disputas familiares e incluso la demanda que ha presentado en los juzgados por haberle retirado la escolta oficial complican mucho las cosas. Es un apestado.

Guillermo, por su parte, ya está en la catedral de Chester donde se llevará a cabo la ceremonia. Lo hace, por descontado, en solitario, sin su esposa enferma de cáncer. La reaparición pública de Kate Middleton se retrasa sine die, las noticias sobre su recuperación y tratamiento no son las mejores. El heredero acompañó a su padre Carlos III y la madrastra Camila en los actos de conmemoración del 80.º aniversario de la Batalla de Normandía, demostrando que la corona británica antepone determinadas ocasiones históricas a sus miserias cotidianas. La estampa del futuro rey no era ni alegre ni optimista. Sí, en cambio, solemne. Y en una situación como esta, ya es mucho.

Hugh Grosvenor Olivia Henson CEDOC
Hugh Grosvenor y Olivia Henson / CEDOC

El royal volvió por la noche a Londres, preparándose para participar en el enlace que más interés despierta en las Islas. Normal, él es el soltero de oro del país: con 25 años (ahora tiene 33) heredó 12.000 millones de euros por la muerte de su padre. Además, Hugh es ahijado del rey Carlos III, y padrino de George, el primogénito de Guillermo. Lo tiene todo, vaya. El príncipe tiene un curioso papel asignado en la cita nupcial: hará de acomodador, en inglés 'usher'. Es decir, se dedicará a recibir a los asistentes a las puertas del templo. Es por eso que la figura real ha sido de los primeros a llegar al lugar de los hechos. Lo hacía cabizbajo, serio, con aire triste, de drama. Y en cierta manera, a escondidas, cuando casi no había prensa esperándolos. Casi, repetimos. Porque algunos sí que lo han pillado.

El morbo de la jornada tiene a Guillermo como protagonista: las voces que consideran que la novia Olivia Henson y Kate Middleton son como dos gotas de agua son numerosas en Inglaterra. En realidad, la comparación parece más producto del fervor y el interés de los medios de comunicación que otra cosa, pero todo sirve para conseguir la máxima expectación. Puede ser que el príncipe no se sienta cómodo con tanta historia. Él juega, a estas alturas, a otra liga. Una mucho más discreta y angustiante. No está la cosa para bodorrios.