Letizia es la reina. Su equivalente británico no es, como ella querría, Isabel II. Letizia es reina consorte, el equivalente británico sería el duque de Edimburgo, el decorativo marido de la reina. Por edad Letizia se encuentra entre Camila y Kate Middleton, futuras consortes del rey. Isabel II ya dejó en evidencia la monarquía española con un vídeo por el coronavirus y la crisis sanitaria que será un referente en las escuelas de comunicación. La vergüenza para Felipe y Letizia es que dos generaciones más allá de la reina, Guillermo y Kate Middleton, también han hecho un vídeo que ridiculiza el papel gélido, casposo e inútil de los reyes de España.
Teachers across the UK are dedicating their time to keeping schools open for the children of key workers and vulnerable children.
— Kensington Palace (@KensingtonRoyal) 8 de abril de 2020
The Duke and Duchess of Cambridge called teachers and school staff at Casterton Primary Academy to thank them for their hard work and dedication. pic.twitter.com/2h9N66O4EP
La comparación es demoledora contra España. Todos los millones que cuesta Zarzuela y los que evade a paraísos fiscales Juan Carlos sirven para esto: una Corona en blanco y negro, deprimente. Comparen:
Los ingleses espectaculares, naturales, mirando a cámara, risueños, comunicándose con una escuela abierta para niños vulnerables que quizás en casa no comerían. Guillermo y Kate amables y próximos, en equipo, complicidad entre el matrimonio, hablando con profesores y niños mientras suena una banda sonora amable. Perfecto para animar a los ciudadanos británicos. Ahora, el vídeo que han emitido en un mes de confinamiento Felipe y Letizia. No tiene ni audio y ellos dos ni se miran:
Los Reyes mantuvieron una videoconferencia con @Cermi_Estatal y @_CARITAS para conocer su respuesta ante la crisis del #COVID19 También el Rey contactó telefónicamente con @Fira_barcelona y la Reina, con @APRAMP #Launiónhacelafuerza https://t.co/7XrEueYuFL pic.twitter.com/15qUwiqGJc
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) 27 de marzo de 2020
Letizia viene de la TV. Cuando la presentadora telegénica del Telediario se casó con Felipe se vendió que traía un soplo de aire fresco a la imagen de la Corona. El aire fresco ha resultado ser halitosis.