Kate Middleton y Guillermo llevan unos tiempos complicados, especialmente por el cáncer que sufre la princesa de Gales. La familia real británica, siempre en el ojo del huracán, siempre en entredicho, vive permanentemente bajo una nube de polémica: Carlos y Camilla, el príncipe Harry y Meghan Markle partiendo peras con el resto de la familia y largándose a los Estados Unidos... Y Guillermo y Kate no se libran, también, por los rumores que siempre han sobrevolado sus cabezas, rumores de infidelidad de él a ella y malestar. Y ahora, un medio echa más leña al fuego.
Por lo visto, ahora los príncipes de Gales están descansando unos días después de dejarse ver por los Juegos Olímpicos de París o por el torneo de Wimbledon de tenis, donde Middleton fue la gran estrella, charlando con Carlitos Alcaraz. ¿Dónde? En Adelaide Cottage, su residencia oficial en las afueras de Londres. Pero atención a lo que explica The Mirror sobre su matrimonio, que no es tan idílico como los más fans de la pareja quieren hacer creer. "No sería tan modélico y perfecto como se podría esperar, máxime en estos momentos tan delicados. Un trabajador de los Príncipes ha deslizado que ambos protagonizan 'terribles peleas'".
Según explican en el mencionado medio, Kate y Guillermo tienen una manera "muy particular de resolver los conflictos que demuestra que su relación no es tan perfecta como parece. Alguien que trabajó para el Palacio de Kensington me dijo que ellos tienen peleas terribles. No es un matrimonio perfecto", dice el biógrafo real Tom Quinn. Eso sí, por muy tensas que sean las broncas, por mucho que estén los nervios a flor de piel de puertas adentro de palacio, la sangre nunca llega del todo al río y saben poner un límite... aunque no lo dudan a la hora de lanzarse cosas por la cabeza. ¿Cuáles? "Mientras algunas parejas discuten y se arrojan jarrones pesados, Kate Middleton y el príncipe Guillermo se arrojan cojines. Siempre se mantiene bajo control. No se intensifica. La pelea no se hace cada vez más grande".
Una diferencia sustancial con los cuñados. Y es que si Guillermo y Kate parecen más mesurados, Harry y Meghan, cuando se ponen, se ponen. Según el cronista, "cuando Harry y Meghan se pelean, ambos se involucran a lo grande. Se pelan de verdad".