El pasado viernes 21 de junio, el príncipe Guillermo de Gales celebró su 42 cumpleaños en medio de una tormenta de escándalos y enfermedades que acechan a la Familia Real Británica. Lejos de ser un día de celebración, la fecha marcó uno de los momentos más oscuros en la vida del heredero al trono, mientras su rol como padre sigue siendo cuestionado.

Kate Middleton, visiblemente afectada por su lucha contra el cáncer, hizo una valiente aparición pública el 15 de junio en la ceremonia del Trooping the Colour. Acompañada por su esposo y sus hijos, la princesa mostró un semblante firme, pero las fuentes oficiales confirmaron que “aún no está fuera de peligro”. Esta situación ha dejado a Kate en una posición aún más complicada, intentando cumplir con sus deberes públicos y maternales mientras enfrenta un tratamiento de quimioterapia extenuante.

Kate Middleton

Y es que, a lo largo de su vida, Kate ha sido el pilar fundamental para sus tres hijos: George, Charlotte y Louis. Sin embargo, la fragilidad de su salud ha impedido que continúe desempeñando este rol a plenitud. Este vacío maternal ha sido ocupado por un equipo de cuidadoras, quienes han asumido la tarea de cuidar a los pequeños, mientras Guillermo parece estar más ausente que nunca.

El príncipe Guillermo, un padre a tiempo parcial

En medio de la crisis familiar, Guillermo ha tenido que asumir más responsabilidades reales, representando a su padre, el rey Carlos III, también afectado por un cáncer tras una intervención en la próstata. No obstante, estas obligaciones han alejado aún más a Guillermo de sus hijos, convirtiéndose en un "padre a ratos". Mientras el príncipe se dedica a sus deberes reales, sus hijos quedan bajo el cuidado de las nannies, una situación que ha generado críticas y preocupación en el público británico.

De hecho, la reciente publicación de Kate en redes sociales, una imagen conmovedora de Guillermo abrazando a sus hijos de espaldas al mar, ha sido vista por muchos como un intento desesperado de mantener una fachada de unidad familiar. La experta en lenguaje corporal Judi James señala que esta imagen muestra a un Guillermo decidido a crear una vida más divertida y menos formal para sus hijos, contrastando fuertemente con su propia crianza. Sin embargo, estas aspiraciones parecen chocar con la cruda realidad: el príncipe no está presente en el día a día de sus hijos.

Guillermo EFE

La nueva realidad de los príncipes de Gales

La vida de la familia real está plagada de expectativas y deberes, pero las recientes circunstancias han puesto de relieve la lucha interna por mantener una semblanza de normalidad. Kate, quien siempre ha sido la figura materna central, ahora depende de la ayuda externa para cuidar a sus hijos. Mientras tanto, la imagen pública de Guillermo como un padre comprometido se desvanece, dejando una estela de dudas sobre su capacidad para cumplir con sus roles personales y reales simultáneamente. El pueblo británico, siempre atento a los movimientos de su familia real, observa con preocupación cómo esta crisis personal podría afectar la estabilidad y percepción de la Corona británica.