2024 no está siendo un año demasiado royal-friendly. Cuando solo llevamos tres meses del calendario, tenemos nuevo rey en Dinamarca por un lío de faldas; un monarca y una princesa desaparecidos en el Reino Unido por enfermedades graves; una reina como Letizia señalada como adúltera, y finalmente, un rey agonizante en Noruega: Harald V. El escandinavo, de 87 años, cayó gravemente enfermo durante una escapada a la isla de Langkawi, en Malasia, donde fue a parar para disfrutar de unos días de vacaciones. Un viaje que, cada día que pasa, escandaliza más y más a los súbditos noruegos.
Pilar Eyre destripa con su maestría habitual la situación que se está viviendo en el reino del norte de Europa, empezando por actualizar el estado de salud del rey: extremadamente preocupante, "está muy grave". Ha vuelto a ser hospitalizado para tratarse de la infección respiratoria que contrajo en el Sureste asiático, complicada con una afección coronaria por la que le colocaron un bypass provisional (que tendrá que ser permanente en el futuro más próximo). El Ministerio de Defensa envió un avión medicalizado lleno de sanitarios para trasladarlo a casa, pero su estado no mejora. Se teme lo peor. Ahora bien, la sociedad está dividida: la posible muerte del monarca preocupa tanto como el enorme escándalo destapado por este problema de salud. Eyre lo dice en pocas palabras: "La Botswana de Juan Carlos".
La única diferencia de Harald respecto de Juan Carlos es que el noruego no viajó con una amante. El resto, casi calcado: "Nadie sabía que estaba en Malasia de vacaciones, todos creían que estaba en Oslo trabajando. Se han enterado de lo que hace el rey en esta isla, a más de un día de viaje. Nadie entiende cómo se le autorizó, ni como a una monarquía que no paga impuestos hay que pagarle sus desplazamientos (200.000€ por el vuelo de urgencia). Es un país muy rico, pero muy igualitario. Ha llegado el momento de revisar por qué Noruega tiene una monarquía. Hace años que se reclama su abdicación". Eyre ofrece pinceladas de la biografía del monarca muy reveladoras: "Harald, aparte de ser un gran deportista, no es ningún intelectual. No ha leído nada, abandonó los estudios. Fue noviete de Sofía de Grecia, a la que dejó por Sonia. La consorte se intentó suicidar porque Harald la quería dejar, y se casó con ella con la oposición de sus padres. La popularidad de ambos cayó en picado por sus gastos desmedidos, lujos, joyas y ropa".
Lo más normal sería asistir a una inminente renuncia del veterano monarca sobre su hijo, Haakon, quien ya ha asumido la agenda oficial del país. Pero "la sucesión no está asegurada. Tiene un problema: Mette Marit. La princesa y su pasado inconveniente: un hijo anterior de un padre en prisión por tráfico de drogas, y una enfermedad degenerativa en el pulmón, una especie de fibrosis quística. Cada vez está peor y no hay solución". Desapareció de la felicitación de Navidad. Pilar no lo ve claro: "No sé cómo puede afrontar el papel de reina, requiere un esfuerzo físico para el que no está condiciones. No puede caminar, no puede estar de pie, debe huir de los resfriados". El heredero, en una encrucijada: o la corona o su mujer. Y los noruegos pensándose si es mejor así, sin reyes. La gélida Noruega arde.