La policía noruega ha detenido a un hombre que acababa de perpetrar un ataque con cócteles Molotov contra el Palacio Real de Oslo. Dos bombas incendiarias de fabricación casera lanzadas por un individuo que se movía en una silla de ruedas motorizada, procedente de Bielorrusia y, según acabamos de conocer gracias a la prensa local noruega, antecedentes y órdenes de busca y captura en Holanda. Las llamas, considerables, aparatosas y en una zona de libre circulación del recinto real, provocaron momentos de pánico. Y como consecuencia, la vida normal del palacio quedó alterada: evacuación y paralización de cualquier actividad, como por ejemplo las visitas guiadas que, en aquel preciso instante, se llevaban a cabo por algunas estancias del complejo que acoge la residencia oficial del veterano, polémico y tozudo Harald V.
Solo uno de los miembros de la Familia Real se encontraba en el edificio, aunque no ha trascendido su identidad por motivos de seguridad. No ha sufrido daños, pero sí un buen susto. La policía escandinava también ha informado de que el autor llevaba mucho más material preparado con líquido inflamable, con la intención de multiplicar el caos. La voz de alarma llegó por un transeúnte de los jardines, al descubrir al tipo lanzando las bombas contra la puerta de atrás. Minutos antes, según otro testigo ubicado a una distancia considerable, habría amenazado a los turistas diciendo que llevaba una bomba escondida. Las llamas fueron grabadas por las personas que se encontraban a corta distancia. Estas:
Los efectivos de bomberos y de seguridad real actuaron muy rápidamente, sofocando las llamas y procediendo a interceptar al atacante, que acababa de soltar el segundo artefacto contra la fachada. No hay ningún tipo de información sobre las motivaciones de los hechos, y todo hace pensar en trastornos psíquicos importantes. Sin embargo, la procedencia, la ficha policial y la situación geopolítica han activado las alarmas durante unos cuantos minutos. La versión oficial, sin embargo, es la de normalidad. El clásico "circulen". Los testimonios sí que aportan una pizca de detalles y color: "No pasamos miedo, pero fue muy desagradable", "alguien ha querido hacer daño a la Familia Real, es triste", "salía mucho humo", "ha sido impactante".
Los monarcas Harald V y Sonia, así como el príncipe Haakon, la princesa Mette-Marit y los hijos del matrimonio, hacen un uso habitual de este palacio, sea como espacio de trabajo o como residencia personal. Sin embargo, no son las únicas propiedades de la Corona, y especialmente en temporada de verano, su presencia allí es mucho más inusual. Bien, en el caso del rey y la reina, es difícil saber cuando trabajan o están de vacaciones. Después nos enteramos por la prensa y en las peores condiciones, como ya le pasó hace unos meses durante una escapada secreta al Sureste asiático. Cosas de no querer jubilarse del trono, que te pillan en fuera de juego a la primera de cambio. Lo que es seguro es que ha visto el atentado por la televisión. Y que la alarma 'le pilla lejos'. Que se lo coma Haakon.
