El príncipe Harry, de 38 años, parece estar experimentando una nueva etapa de distanciamiento con la Familia Real británica. Recientemente, se ha revelado que su padre, el rey Carlos III, de 74 años, le ha retirado el privilegio de tener una habitación en el Castillo de Windsor. Según informes, Harry fue notificado a principios de septiembre de que no había alojamiento disponible para él en el histórico castillo y que, en adelante, tendría que presentar una "solicitud formal" cada vez que deseara visitar a su padre.

A principios de septiembre, cuando Harry voló a Londres desde su residencia en California, Estados Unidos, para asistir a los premios WellChild, surgió un problema logístico inesperado. El duque de Sussex deseaba quedarse en Windsor mientras su padre, el rey Carlos III, se encontraba en Balmoral conmemorando el primer aniversario de la muerte de la reina Isabel II. De acuerdo con fuentes cercanas, Harry tenía la intención de visitar al día siguiente de su llegada a la capital británica el lugar de descanso de Isabel II en la Capilla de San Jorge. Sin embargo, su solicitud fue rechazada debido a la falta de disponibilidad de propiedades con poca antelación en Windsor.

Harry: un príncipe sin hogar en su propio reino

Según informes, el Palacio de Buckingham le comunicó a Harry que, de ahora en adelante, tendría que presentar una "solicitud formal" cada vez que deseara visitar a su padre en Windsor. No está claro si el rey Carlos fue el que dio la orden directa para implementar esta nueva política, pero es un cambio significativo en la dinámica que previamente le había permitido al marido de Meghan Markle acceder a las propiedades reales sin restricciones.

Aunque Harry aún tendrá la oportunidad de quedarse en propiedades en Windsor en el futuro, según reveló ‘The Telegraph’, la condición de presentar una "advertencia adecuada" deja entrever una gran tensión en su relación con la Familia Real. De hecho, a pesar de que se le ofreció la oportunidad de unirse a su padre en Balmoral para conmemorar la muerte de Su Majestad, la reina Isabel II, el príncipe Harry argumentó que su apretada agenda se lo impedía. En lugar de eso, optó por quedarse en un hotel en el sur y visitar a su abuela en solitario. Este incidente se produce después del desalojo de Frogmore Cottage, su residencia en el Reino Unido, un desahucio que lo dejó  "sin hogar" en su tierra natal.

Harry y su compromiso con los Juegos Invictus

Sin embargo, a pesar de las tensiones en su relación con la Royal Family, el hijo pequeño de Lady Di ha seguido enfocándose en sus compromisos personales y caritativos. Recientemente, ha estado involucrado en la organización de la sexta edición de los Juegos Invictus, una competición creada por él mismo en 2014 para apoyar a militares veteranos enfermos o heridos en combate. El evento culminó con la presencia de Meghan Markle en la ceremonia de clausura. Además, un documental reciente de Netflix, "Corazón de Invictus", ha destacado la importancia de estos juegos y la experiencia personal de Harry como miembro de las Fuerzas Armadas en Afganistán.