Recientemente, se dio a conocer que, en medio de una creciente crisis familiar, el príncipe Harry no ha logrado que el rey Carlos III le devuelva la llamada, haciendo que la herida entre ambos siga abierta. Según revelan fuentes cercanas al duque citadas por la revista People, el príncipe desconoce incluso detalles fundamentales sobre el estado de salud actual del monarca. Esta situación no solo profundiza el distanciamiento entre padre e hijo, sino que evidencia el persistente dolor y la falta de comunicación que ha marcado la relación desde hace ya varios años. 

El distanciamiento entre Carlos y Harry 

Desde que Harry y Meghan Markle se desvincularon de sus funciones reales y optaron por una vida lejos de Buckingham, las tensiones familiares han ido en aumento. A lo largo de los últimos años han surgido numerosas informaciones sobre desencuentros y distanciamientos, destacándose aquella polémica entrevista con Oprah Winfrey y las revelaciones de las memorias de Harry, Spare.  

Los rumores indican que la relación se ha deteriorado a tal punto que, en ocasiones, el príncipe se ha visto obligado a enterarse de noticias cruciales acerca del rey a través de la prensa, en lugar de recibir comunicación directa. Esta nueva revelación acentúa la sensación de abandono que vive el duque de Sussex, añadiendo leña al fuego de una disputa que parece no tener solución a la vista. 

La problemática se agrava por el hecho de que, a pesar de los presuntos intentos de acercamiento, el rey Carlos III ha optado por mantenerse distante. Fuentes del entorno real aseguran que el monarca ni responde a las llamadas ni a las cartas enviadas por el duque de Sussex, lo que resulta especialmente doloroso en un momento delicado en que la salud del rey genera preocupación.  

Según se ha informado, la última reunión entre ambos se realizó hace más de un año, cuando Harry viajó desde California tras conocerse un pretexto relacionado con el delicado estado de salud del rey. El hecho de que el príncipe no reciba ni siquiera información básica sobre el bienestar de su padre, situación que debiera ser prioritariamente personal y cercana, incrementa la impresión de una brecha irreparable en la comunicación familiar. 

Tensiones acumuladas en el tiempo 

En paralelo, diversos medios señalan que este rompimiento no es fruto de un único incidente, sino el reflejo de tensiones acumuladas a lo largo del tiempo. Algunos expertos en monarquía opinan que, tras la salida de Harry del seno de la Casa Real y presentarse como un crítico de ciertas tradiciones, las fricciones se han vuelto casi palpables. Además, se rumorea que influencias internas, que presuntamente pueden tener que ver con Camilla Parker Bowles, han contribuido a que el rey adopte una postura más firme y menos conciliadora.

En este contexto, la negativa del monarca a restablecer una comunicación fluida podría interpretarse como un ejercicio de distanciamiento institucional y personal, que, irónicamente, mantiene abierta la herida familiar que muchos esperaban ver cerrada. A pesar de los esfuerzos por parte del príncipe para reavivar el vínculo, la realidad parece indicar que las heridas del pasado aún no han cicatrizado. La negativa de Carlos III a devolver la llamada representa, para Harry, no es sólo una falta de respuesta, sino la confirmación de la existencia de una grieta profunda y persistente entre ambos.