La relación entre el príncipe Harry y la Familia Real británica sigue siendo un volcán a punto de estallar. Esta vez, el hijo menor de Carlos III ha sorprendido a todos al exigir a su padre, quien atraviesa una delicada batalla contra el cáncer, que haga las paces con Meghan Markle. Según fuentes cercanas, Harry insiste en que solo reconciliándose con Meghan, el rey podrá tener contacto con sus nietos, Archie y Lilibet, quienes no han pisado suelo británico desde hace años.
El impacto de esta demanda ha sido devastador dentro de la Casa de Windsor. Mientras que algunos ven el gesto de Harry como un intento desesperado por sanar las heridas familiares, otros lo interpretan como una estrategia de presión. Sea cual sea la verdad, el ultimátum ha dejado al rey Carlos III en una posición compleja, especialmente cuando su salud está en juego y las festividades navideñas están a la vuelta de la esquina.
Navidad sin Harry y Meghan: el veto en Sandringham
Recordemos que, desde su renuncia como miembros activos de la realeza en 2020, Harry y Meghan han sido protagonistas de innumerables polémicas. Este año no es la excepción. Según reportes, la pareja no fue invitada a la tradicional reunión navideña en Sandringham House, donde la Familia Real celebra habitualmente estas fechas. La decisión, que algunos califican de drástica, estaría motivada por el deseo de evitar conflictos.
Sin embargo, fuentes internas sugieren que el veto es una respuesta directa a las acusaciones lanzadas por Harry en su libro ‘Spare’ y en la controversial serie de Netflix que protagonizó junto a Meghan. En ambos proyectos, la pareja no escatimó en críticas hacia la familia, exponiendo tensiones y secretos que, según ellos, justifican su alejamiento de la institución. Pero, para Harry, esta exclusión solo refuerza la narrativa de rechazo que ha denunciado en múltiples ocasiones. Y aunque el rey Carlos III ha dejado claro que cualquier intento de reconciliación debe ser discreto y fuera del ojo público, Harry parece insistir en que Meghan sea incluida en el proceso, algo que muchos consideran una línea roja para la Casa Real.
¿Un fin de año lejos de los Windsor?
Con el veto real sobre la mesa y las negociaciones estancadas, todo apunta a que Harry y Meghan pasarán la Navidad en Montecito, California, junto a sus hijos y Doria Ragland, madre de Meghan. Según cercanos a la pareja, la familia planea unas fiestas íntimas y libres de drama, aunque las tensiones con los Windsor seguirán marcando el tono de sus celebraciones. Mientras tanto, la realeza británica se prepara para una Navidad dividida. Con el príncipe Guillermo y Kate Middleton asumiendo el protagonismo junto a Carlos III, queda claro que las grietas en la familia son más profundas que nunca.
En medio de esta tormenta, el tiempo parece ser el peor enemigo para el monarca. Carlos III no solo enfrenta la presión emocional de estas disputas familiares, sino también una salud debilitada que podría complicar aún más las cosas. ¿Cederá ante las demandas de Harry por el bien de sus nietos, o mantendrá su postura firme contra lo que muchos consideran chantaje emocional? Solo el tiempo tendrá la última palabra.