Los persistentes rumores de tensión entre los duques de Sussex, Meghan Markle y el príncipe Harry, y la Familia Real británica parecen no disiparse. En un nuevo giro de los acontecimientos, Meghan ha dado un rotundo "no" a la posibilidad de que sus hijos, Archie y Lilibet, tengan algún contacto con su abuelo paterno, el rey Carlos III. Esta drástica medida ha dejado a todos sorprendidos, considerando que en el pasado, Meghan había expresado su deseo de que sus hijos mantuvieran una estrecha relación con el monarca británico, deseo que sigue vivo en el corazón del príncipe Harry. Por este motivo, esta decisión de Meghan entra en conflicto directo con el deseo de Harry de llevar a sus hijos a Londres para reunirse con su familia.

Hace unos meses, una fuente cercana a los duques de Sussex reveló que Carlos III se mantenía en estrecho contacto con Archie y Lilibet a través de videollamadas. En ese momento, la ex actriz de ‘Suits’ estaba de acuerdo con que sus hijos mantuvieran una fuerte conexión con su abuelo. No obstante, desde entonces, las circunstancias han cambiado de manera drástica. Ahora, surge la pregunta de qué ha llevado a Meghan a tomar esta decisión radical y cuáles podrían ser las implicaciones para la Familia Real británica.

La tensión que afecta a los niños: Archie y Lilibet privados de ver a su abuelo

Según lo que se ha informado, la tensión entre los Windsor y los duques de Sussex parece haber repercutido en los niños, quienes actualmente están privados de ver a su abuelo. Desde su salida de ‘La Firma’, Meghan ha mostrado una firme determinación en mantener a sus hijos alejados de la Casa Real británica. Sin embargo, los medios británicos afirman que Carlos III desea que su hijo menor lleve a sus nietos a Londres, ya que no los ha visto desde que Meghan y Harry decidieron renunciar a sus responsabilidades reales para comenzar una nueva vida en Estados Unidos.

Harry insiste en una reunión familiar en Londres

A pesar de los conflictos entre ellos, Harry tiene el deseo de que sus hijos mantengan una relación estrecha con su familia. Por lo tanto, desea llevar a sus hijos, Archie y Lilibet, al Reino Unido para que puedan pasar tiempo de calidad con su abuelo, el rey Carlos III, sus tíos Guillermo y Kate, y sus primos, George, Charlotte y Louis. Sin embargo, Meghan está decidida a no permitir que sus hijos pongan un pie en suelo británico, ya que teme que sufran un rechazo similar al que, según afirma, ella experimentó en Inglaterra.

Sin embargo, una antigua amiga de la duquesa de Sussex, Lizzie Cundy, ha expresado que tanto Harry como sus dos hijos serían bienvenidos en el Reino Unido si decidieran visitar Londres. "Si regresa aquí, será recibido con los brazos abiertos. No olviden que alguna vez fue nuestro miembro de la realeza más popular y la gente lo recibiría con los brazos abiertos". Además, insinuó que, en caso de un divorcio entre Meghan y Harry, lo mejor sería que el hijo menor de Carlos III volviera a su tierra natal junto a sus pequeños. Cundy comentó: "Por supuesto, será muy triste para los niños, pero es hora de que Harry regrese a casa", según lo informado por 'Mirror'.