Todos los matrimonio de los Borbón han fracasado. El primero el formado por la infanta Elena y Jaime de Marichalar, seguido de la reina Sofía y Juan Carlos, y recientemente la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, una de las relaciones más consolidadas. Los únicos que continúan juntos de cara a la opinión pública son Letizia y Felipe. Aunque los reyes estarían manteniendo una farsa.

Desde 2012 se habla de una importante crisis en el matrimonio formado por Felipe y Letizia. Los medios de comunicación ya tenían preparados los titulares con la palabra divorcio sobre la mesa. Se esperaba que los reyes anunciasen la ruptura de forma oficial, pero es algo que finalmente no sucedió. Hubiese sido un escándalo para la corona, y más en un momento en que las fechorías de Juan Carlos y el caso Nóos, que implicó a Iñaki Urdangarin, la desgastaron.

Felipe y Letizia, salida nocturna

Felipe y Letizia siguieron el modelo de Juan Carlos y Sofía, el cese de la convivencia. Ya no vivirían juntos, solo continuarían con sus compromisos institucionales por el bien de la corona y el futuro de Leonor. Pero cada uno haría su vida por separado.

Letizia y Felipe han cesado la convivencia, vidas separadas 

“Viendo sus actitudes, creo que este matrimonio está pasando un bache tremendo porque la complicidad y las miradas que se dedicaban al principio ya no están. Quizás antes también era un cuento, ahora me lo planteo… Pero es que ahora no hacen ni siquiera el esfuerzo de fingir que tienen buena relación”, analiza Pilar Eyre.

Felipe y Letizia en Cádiz

La periodista suelta un titular: “Creo que este matrimonio ya no existe como tal. Ahora veremos si siguen el ejemplo de Juan Carlos y Sofía y continúan juntos a pesar de no ser matrimonio o si optan por decirlo y hacer vidas separadas porque son jóvenes todavía y estamos en el siglo XXI”.

Desde que Leonor y Sofía ya no están en casa, la convivencia entre ellos se ha vuelto insostenible. La relación está totalmente rota. El mismo Felipe VI confesó que la vida se había vuelto demasiado aburrida. Ahora las niñas son mayores y comprenden la situación de sus padres. Ahora saben por qué discutían constantemente. La convivencia entre ellos siempre ha sido mala, y la princesa y la infanta pidieron a sus padres que se divorciarse, no servía de nada continuar con un matrimonio de mentira. Solo se hacían daño ellos, y por consecuencia a sus hijas.