La adicción a las drogas es una problemática que afecta a millones de personas de todas las edades y estratos sociales alrededor del mundo, y la Familia Real británica no está exenta de ellos. Hace poco más de dos décadas, el hijo mayor de Camilla Parker-Bowles, Tom Parker-Bowles, protagonizó un gran escándalo relacionado con su adicción a la cocaína, droga a la que estuvo enganchado desde los 20 años. Este hecho generó un gran problema para el príncipe Carlos, dado que se trataba del hijo de la futura reina de Inglaterra, por lo que su imagen como futuro líder de la monarquía británica estaba en juego.
A diferencia de lo que sucedió recientemente con el príncipe Harry, que causó un gran revuelo cuando confesó en su libro de memorias, ‘Spare’, que había experimentado con varias drogas durante su adolescencia, el caso de Tom Parker-Bowles pasó un poco más desapercibido en su momento. Sin embargo, la adicción a las drogas de Tom se convirtió en una gran preocupación para Carlos III, así que se vio en la obligación de tomar ciertas medidas para proteger la imagen de ‘La Firma’ ante los medios y la ciudadanía británica. El hecho de que una persona muy cercana a la Familia Real estuviera relacionada con el consumo de drogas no era algo que podía consentir.
El hijo de Camilla con su primer marido, Andrew Parker-Bowles, reconoció su adicción a la cocaína en 1999, cuatro años después de haber recibido una amonestación policial por posesión de marihuana y éxtasis. En ese momento, Tom trabajaba en una empresa de relaciones públicas en el Festival de Cannes, y en una fiesta en Londres, a la que llegó visiblemente “cansado y desarreglado”, admitió haber consumido cocaína. Una fuente anónima reveló en una conversación con ‘The Sunday Times’ que Tom Parker-Bowles “Estaba pálido y llevaba una camiseta. Entró y vio cocaína sobre la mesa. Había cerca de veinte personas y alguien le preguntó ‘¿Quieres un poco de cocaína?’. Tom contestó: ‘ya yo tengo’".
Carlos III se enfrenta a Tom Parker-Bowles por sus problemas de drogas
Como era de esperarse, la prensa británica criticó el comportamiento del hijastro del príncipe Carlos, por lo que el rey decidió tomar medidas para abordar el problema y lo llamó personalmente para conversar sobre su adicción a las drogas. Además, el rey hizo todo lo posible por mantener alejado al príncipe Guillermo de Tom, quienes se habían convertido en muy buenos amigos en esa época. Todo esto con el objetivo de proteger al heredero al trono de la mala influencia de Tom.
En ese momento, el primogénito de Camilla Parker-Bowles se percató de que su problema de drogas era más grave de lo que él pensaba, así que decidió hacer algunos cambios en su vida para tratar de superar su adicción. Sin embargo, a pesar de que con el paso del tiempo llegó a convertirse en un reconocido chef y escritor, lo cierto es que algunas fuentes señalan que aún no ha podido superar del todo sus adicciones.