El divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se está retrasando más de lo esperado. La fecha clave era el 5 de junio, cuando Irene Urdangarin, la hija pequeña de la familia, cumplió 18 años. Sin embargo, han pasado más de tres meses y medio y no hay rastro de la firma de la infanta.  

Quien sí se divorció fue Ainhoa Armentia, la nueva pareja del exjugador de balonmano. Ainhoa había estado casada con Manuel Ruiz durante más de dos décadas, aunque sus últimos días juntos fueron bastante complicados. Sobre todo después de la publicación de las fotografías en las que se veía a Armentia paseando con Urdangarin y que abrieron la caja de pandora.  

Los Urdangarin no tienen interés en conocer a los hijos de Ainhoa Armentia 

A pesar de la exposición mediática que generaron aquellas imágenes, Ainhoa ha tratado de volver a su rutina de vida habitual. Después de la separación, la mudanza y las controversias, logró recuperar la normalidad en su vida personal y en su trabajo. Al mismo tiempo, mantiene una relación cordial con Manuel Ruiz por el bienestar de sus hijos, de 13 y 17 años. 

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia

Con quien no mantienen buena relación los jóvenes es con los hijos de Iñaki. En realidad no hay relación alguna. Uno de los aspectos más cruciales cuando dos personas formalizan su relación es la presentación de sus hijos. Después del divorcio de Ainhoa y Manuel, el cuñado del rey Felipe VI ha estado frecuentando la casa de su nueva novia. Ainhoa logró que sus hijos aceptaran a Iñaki en sus vidas. Sin embargo, esto no es recíproco con los cuatro hijos de los exduques de Palma

Sin relación 

Miguel, Pablo, Juan e Irene prefieren mantener las distancias con los hijos de Ainhoa. Sobre todo los dos últimos, que son quienes peor lo están pasando con la separación de sus padres. Los nietos de los reyes eméritos están fuertemente unidos a sus padres, por lo que la noticia de la infidelidad y el divorcio fue devastadora para ellos. Los jóvenes Urdangarin Borbón no tienen ningún interés en acercarse a Ainhoa ni a sus hijos. No sienten simpatía por ellos.