La relación entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia ha sido un tema recurrente en la prensa desde que la pareja comenzó su relación hace más de tres años. A pesar de que su historia de amor se ha mantenido en un perfil bajo, ambos han demostrado estar profundamente enamorados y comprometidos el uno con el otro. La abogada, que también estaba en pleno proceso de divorcio, ha sido una figura fundamental en la vida de Urdangarin, quien parece haber encontrado finalmente a la mujer de su vida.
Sin embargo, la relación entre ambos no ha sido sencilla. Tras el divorcio de Iñaki con la infanta Cristina, las condiciones para poder continuar con su vida sentimental fueron bastante estrictas. En primer lugar, Cristina de Borbón estableció que los hijos del matrimonio no podrían ver a Ainhoa Armentia hasta que se firmara el divorcio oficial, lo que retrasó la posibilidad de que ambos pudieran compartir su vida familiar. Fue recién en enero del año pasado cuando Iñaki Urdangarin pudo finalmente introducir a Ainhoa a sus hijos.
La presión de la infanta Cristina marca la relación familiar de Iñaki Urdangarin
A pesar de los esfuerzos de Iñaki por consolidar su relación con Ainhoa y crear una nueva familia, la situación sigue siendo compleja. La infanta Cristina, además de impedir que se viera a Ainhoa antes del divorcio, también impuso una cláusula que afecta el futuro de la relación. Si Iñaki decide casarse con Ainhoa, perdería los pagos económicos que actualmente recibe como parte de su indemnización por el escándalo del caso Nóos. Este aspecto ha generado aún más tensiones en una situación ya de por sí complicada.
Los hijos de Iñaki Urdangarin, especialmente su hijo Pablo, parecen estar más dispuestos a aceptar a Ainhoa en sus vidas. Pablo, quien es el más cercano a su padre, ha sido una pieza clave en la mediación familiar, buscando que la relación entre los hijos de Iñaki y Ainhoa sea más cordial. Sin embargo, el resto de los hijos, como Juan, Irene y Miguel, no tienen una relación cercana con Ainhoa, lo que ha provocado ciertas fricciones.
Relación inexistente
Durante las pasadas Navidades, los hijos de Iñaki se reunieron con la familia de Ainhoa en un intento por fortalecer los lazos familiares. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados. Según Marisa Martín Bláquez, los hijos de Urdangarin se hospedaron en casa de su abuela paterna en Vitoria y participaron en una excursión por el monte. Sin embargo, las diferencias entre ambas familias fueron notorias, y las interacciones entre los hijos de Iñaki y los de Ainhoa fueron mínimas.
A pesar de que ya se conocen físicamente, la relación entre los hijos de Iñaki y los de Ainhoa sigue siendo tensa y distante. La desconfianza y las diferencias familiares parecen ser un obstáculo importante para que ambas partes se unan de manera afectiva. Los hijos de Urdangarin no parecen interesados en formar una relación más cercana con sus nuevos "hermanastros", lo que mantiene la brecha entre ambas familias.