Con todo el escándalo del exilio de Juan Carlos en Nueva Zelanda no se habla del otro exiliada de la Familia Real: la infanta Cristina. La hermana de Felipe fue desposeída por su hermano del título de duquesa de Palma por su imputación en el caso Nóos y fue invitada a marcharse de España. Vive en Suiza mientras el marido cumple pena en la prisión de mujeres de Brieva. Este lunes una portada muestra a la familia de vacaciones en Bidart, en el País Vasco francés.
De izquierda a derecha unos muy crecidos Pablo Urdangarin (19 años), Juan Urdangarin (20 años), la infanta y Miguel Urdangarin (18 años). los tres mayores de edad pero alejados de las vicisitudes del abuelo, que les sigue pagando los estudios como pactó Juan Carlos con sus dos hijas. El único que se gana la vida es Pablo, que juega a handbol en la Liga francesa. Sus enormes gafas le dan un aire intelectual pero es deportista:
La imagen de la hija de Juan Carlos ajena a los problemas de la Casa Real acerca la idea de que Cristina ha abandonado para siempre la relación con su hermano y con Letizia, a quien todas las biografías acusan de ser la responsable de la ausencia de las infantas en Zarzuela. Cristina estaba poco unida a su padre desde que Iñaki Urdangarin fue el cabeza de turco de las comisiones que eran habituales dentro de la familia como ha quedado demostrado.
Irene es la única hija de Cristina que no es todavía mayor de edad. Todos los otros tienen alguna opción de ser preguntados por como ven la situación de su abuelo pero la ley del silencio sigue imponiéndose entre los nietos de Juan Carlos y sólo Froilán ha hablado con la prensa en alguna ocasión. Según revela Vanitatis el 22 de agosto Iñaki disfrutará de un nuevo permiso penitenciario y podrá reunirse con los suyos, donde los paparazzis pueden pillar alguna imagen icónica como esta:
Si Urdangarin habla algún día, o su familia, habrá sorpresas de por qué se dedicó a negocios oscuros. Lo veía en casa con su suegro. Pero sólo él ha pisado la prisión.