La relación entre la reina Letizia y la Iglesia atraviesa uno de sus momentos más tensos. Desde la llegada de Letizia a la familia real, su relación con la religión ha sido motivo de controversia. Antes de casarse, se declaró agnóstica, aunque luego afirmó haber "visto la luz" junto a Felipe. Sin embargo, su escasa participación en eventos religiosos y su comportamiento en actos solemnes han demostrado lo contrario.
El reciente episodio ocurrido en la misa en Caravaca de la Cruz, donde los reyes asistieron al cierre del Año Jubilar, ha sido el detonante de un profundo malestar en la Iglesia. La consorte, Letizia, evitó hacer la señal de la cruz, un gesto que no pasó desapercibido. Cuentan que la casa real incluso pidió disculpas por la actitud de la consorte. Y es que este incidente no fue aislado. En otras ocasiones se ha visto a Letizia eludir de manera deliberada actos vinculados con la religión. Y en la casa real ya habñian recibido advertencias.
La Iglesia, preocupada por la influencia de Letizia sobre la princesa Leonor
Y sí, la actitud de la reina Letizia respecto a la religión ha sido motivo de preocupación desde hace años. Pero ahora es su hija, la princesa Leonor, quien ha encendido las alarmas dentro de los sectores más católicos y conservadores de España. La inquietud de la Iglesia está ahora en la influencia que esta ha ejercido sobre la heredera al trono.
La postura de Leonor respecto a la fe genera una creciente preocupación. Al igual que su madre, la princesa muestra poco interés por los asuntos religiosos, lo que ha despertado el temor de que termine siendo agnóstica, algo que dentro de la Iglesia sería visto como una traición a la tradición monárquica española. La monarquía ha estado históricamente ligada al catolicismo, y cualquier distanciamiento de esta base podría afectar su legitimidad ante una parte importante de la sociedad.
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Toque de atención a Felipe VI
La Iglesia no ha permanecido en silencio. Según fuentes cercanas, altos representantes eclesiásticos han trasladado a Felipe VI su profundo malestar ante la actitud de su hija. Consideran que, como futura reina, Leonor debe mantener el vínculo con la fe católica, y su aparente indiferencia es vista como una señal alarmante.
Para los sectores más conservadores, la monarquía no puede permitirse romper con las tradiciones que la han sostenido durante siglos. La falta de gestos religiosos por parte de la princesa de Asturias refuerza la percepción de que la Corona se aleja cada vez más del catolicismo.