Este último fin de semana ha tenido lugar una de aquellas citas llenas de royals que las celebrities de sangre azul de nueva hornada no se han querido perder. Un acontecimiento marcado en rojo en las agendas reales que ha tenido lugar, dónde si no, en la ciudad de la luz, un París más iluminado que nunca donde brillaban con luz propia un grupo de jóvenes guapísimos y guapísimas, estilosos hasta decir basta y con mucho charme. Porque la capital francesa acogía este sábado el exclusivísimo y archiconocido Baile de Debutantes. Una cita donde se reúnen diferentes miembros de la aristocracia, la realeza y el cine unen fuerzas por un fin solidario. Celebrado en el hotel Shagri-La, situado delante de la Torre Eiffel, jóvenes de entre 18 y 21 años, muchos ellos de la aristocracia europea, participaron en este acontecimiento montado por la joyería Muse, que tiene el objetivo de recaudar fondos para el Association pour la Recherche en Cardiologie du Fœtus à l'Adulte del hospital Necker-Enfants y a la World Central Kitchen, la ONG de José Andrés que proporciona comida a las víctimas de desastres naturales, tal como recuerdan en Vanitatis.
Este año hemos visto a VIPS jóvenes de todos los ámbitos, más allá de los royals. Así, hemos visto, por ejemplo, a Leah Isadora Behn, hija de Marta Luisa de Noruega y Ari Behn; Harper Peck, nieto de Gregory Peck; la campeona de esquí Eileen Gu o la nieta de Sean Connery, Natasha Connery. La noruega fue de las que impactó más con un imponente vestido de Giambattista Valli Haute Couture y una tiara de diamantes. Pero de quien todo el mundo habla es de otra pareja de baile, que no sentimental, que deslumbró al personal. Hablamos de Annabel Zimmer, hija del maravilloso compositor Hans Zimmer (Dunquerque, Interstellar, Origen, Gladiator, El rey león, El último samurái) y tantas otras, una joven y prometedora modelo.
La gracia de este acontecimiento es que las parejas de baile a priori no se conocen y es la organizadora quien las junta ya que considera que son afines por uno u otro motivo. ¿Y con quién unió a Zimmer? Ni más ni menos que con un Borbón, con el primo lejano del rey Felipe, Ignacio, a quién recientemente hemos podido ver, y confesarse, en Supervivientes. Un Borbón que dice que las ha pasado canutas y ha tenido una infancia muy complicada: "Sufrí bullying durante años. He sentido momentos de mucha soledad, de no sentirme tan valorado con amigos. Yo creo que eso ha podido ser algo que me ha podido crear muchos complejos. Mi apellido ha podido afectar en algún momento porque siempre que llegaba a un colegio nuevo la gente te mira, comenta... Es algo que siempre ha pasado".
Y justamente, el momento del cual todo el mundo todavía habla es del baile que hicieron ellos dos, una presencia magnética, llena de química, un momentazo en toda regla:
Juntos tienen muy buena pinta. Quién sabe si el futuro nos traerá una nueva pareja o la cosa se quedó en el baile de París.