Los reyes celebrando los reyes. Algún año, para variar, estaría bien que los reyes de España hicieran de reyes de Oriente y fueran ellos los que repartieran regalos a la ciudadanía y no al revés. Durante el resto del año somos nosotros los que con nuestros impuestos, permitimos que los monarcas vivan, y nunca mejor dicho, a cuerpo de rey, por eso sería bueno que por un día fueran ellos los que nos devolvieran lo que es nuestro. No caerá esa breva. Este lunes, día de los Reyes Magos, de abrir regalos, de ilusión desatada en los hogares, por parte de los más menudos de la casa, los reyes de España lo celebraron como siempre hacen. Desconocemos qué regalos dejaron Sus Majestades a Zarzuela, no les falta de nada, pero sí sabemos cómo pasaron la tarde Felipe, Letizia y sus hijas Leonor y Sofía: comiendo el tradicional roscón de reyes en casa del padre de la reina, Jesús Ortiz, y su pareja Ana Togores. Una cita donde también fueron la madre de Letizia, Paloma Rocasolano, y la hermana de la asturiana, Telma Ortiz, acompañada de su marido, el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar:
Aquí los ven, llegando a la cita con sendos coches. Una llegada al domicilio de Jesús Ortiz que ha vuelto a encender las alarmas de los monárquicos de cuajo, indignados un año más por una imagen que se va repitiendo sistemáticamente este día. El año pasado ya pasó, y el anterior, pero Felipe se sigue pasando por el forro las recomendaciones protocolarias, poniendo en peligro la monarquía española para los que son más miedosos y temerosos. La visita a casa del padre/suegro, para comer roscón, la han hecho desde hace muchos años, ahora con las hijas, y antes de que se vuelvan a largar de casa. La pequeña volviendo al internado de Gales para seguir haciendo el bachillerato y la mayor para zarpar al mar, para subir este miércoles 8 de enero al buque-escuela Juan Sebastián Elcano y estar con el resto de compañeros de la academia naval durante seis meses en alta mar, como formación de su aprendizaje en la materia.
¿Y cómo llegaron el Borbón y su familia? Como siempre, en un coche sin distintivos, con Felipe al volante, la reina sentada al lado en el asiento de copiloto... y detrás de ellos dos ocupantes más, ni más ni menos que sus hijas, la princesa Leonor, y la infanta Sofía. Padre e hijas, en el mismo coche. O lo que es lo mismo: rey y heredera en el mismo coche. Y es que Felipe se ha pasado por el forro, una vez más, los consejos y la norma no escrita que tienen grabada a fuego los monárquicos: la de no viajar en el mismo vehículo que su hija, para preservar la institución en caso de desgracia en forma de accidente. “Resulta sorprendente que el rey y la princesa de Asturias viajaran en el mismo vehículo. No deberían haberlo hecho, por seguridad”, decían el año pasado fuentes próximas a Monarquía Confidencial. Y este año, más de lo mismo.
Es sabido que en las familias reales, el monarca y el heredero o heredera no tienen que utilizar el mismo medio de transporte por si hay emergencias y que no les afecte a los dos, especialmente en aviones o helicópteros, pero también en coches, "Así se aplicó desde el principio en la familia real, con don Juan Carlos en el trono y siendo Felipe un niño". Felipe pasa olímpicamente de la medida: “Aunque se trate de un evento privado hay que salvaguardar la sucesión al trono de Leonor. Nadie, en realidad, lo prohíbe, pero es aconsejable que el monarca y el primero en la línea de sucesión al trono no se desplacen juntos”.