La imagen que buscaba Juan Carlos era la de él en un asiento del estadio de Abu Dhabi presenciando el juego de Rafa Nadal. Pero más allá de esta única fotografía en un partido de tenis, el emérito y su entorno vigila y controla todos los movimientos. Por eso, cuando alguien intenta fotografiarlo fuera de los ámbitos establecidos puede llegar a ser, incluso, peligroso.
El periodista de investigación Diego Arrabal fue detenido y amenazado para conseguir una imagen de Juan Carlos fuera del estadio. Él mismo lo explica al programa Viva la Vida de Telecinco con conexión desde París, donde ha conseguido aterrizar después de huir de los Emiratos Árabes Unidos. Arrabal consiguió grabarlo en muy mal estado, andando cojo como ya sabíamos anteriormente, a un metro de la casa donde vive ahora y acompañado de una mujer que, hasta ahora, nadie sabía a quien era.
Por todo ello, seis escoltas pagadas por el Estado español lo cerraron en una habitación, lo amenazaron, le robaron el móvil y todo el material que tenía y lo obligaron a firmar un documento conforme estaba de acuerdo con renunciar a todas las imágenes que había conseguido. Además, Arrabal asegura que una de las escoltes lo advirtió que si llamaba a la embajada española acabaría teniendo problemas y que vigilara también con la policía de los Emiratos, con la cual la seguridad del rey está en conexión permanente. Arrabal y el equipo que lo acompañaba estuvieron cuatro horas cerrados en una salita pequeña, a oscuras y bajo amenazas permanentes. Toda la detención estuvo dirigida por un policía español miembro de la seguridad real.
No obstante, finalmente el móvil se le devolvió con toda la documentación teóricamente borrada pero gracias a un equipo especializado en alta tecnología, pudieron recuperar una parte del material. De momento, han avanzado una imagen que confirma que el estado de salud del emérito sigue siendo flojo: acompañado del bracito por dos miembros de seguridad para dirigirse hacia el estadio donde jugaba Navidad contra Murray.
Las otras imágenes que todavía no se han podido mostrar es la de un hombre, también de la seguridad real, vestido con pantalones cortos y un sospechoso maletín que llevaba para ir a ver tenis. Una anomalía que todavía no se entiende. La mujer que vive con él desde hace un tiempo en Abu Dhabi tiene unos 50 años aproximadamente. Se desconoce si es otra amante o una doctora que lo acompaña las 24 horas teniendo en cuenta que está en un estado pésimo de movilidad.
En paralelo, su retorno parece evidente. Arrabal también adelanta que le consta que el emérito ha programado dos aviones privados que, finalmente, no ha cogido. Se desconoce el destino pero es evidente que tiene prisa para volver a España y cerrar horarios de vuelos forma parte de la estrategia para presionar a los asesores de la Zarzuela para tener la conformidad de su vuelta definitiva.