Este jueves 18 de junio, Iñaki Urdangarin, marido de la infanta Cristina, llevará 2 años exactos en prisión. Muy lejos de cumplir su condena de 6 años (5 años y 10 meses para ser exactos) por haber robado dinero del erario público con su Instituto sin ánimo de lucro Nóos. Hace tres meses que por el coronavirus no cumple con el voluntariado con personas con discapacidad. Muchas fotos entrando y saliendo del centro de discapacitados pero nadie lo ha visto nunca entrando o saliendo de la prisión de mujeres de Brieva. Decenas de fotógrafos y siempre un coche de cristales tintados donde no se ve a nadie.
Cumple pena firme ya que el Tribunal Supremo ratificó la condena por malversación, prevaricación, fraude a la administración, delitos fiscales y tráfico de influencias. Una retahíla de delitos del cuñado del rey Felipe que se embolsó unos 6 millones de euros. Se quedan muy cortos ante de los famosos 100 millones de Juan Carlos. Se hace muy extraño que a diferencia de los presos políticos, de los que hay fotos encarcelados, nunca ha trascendido una imagen del preso real. Ni haciendo los 103 km de distancia que separan la prisión del Hogar Don Orione donde hace de voluntario. O los fotógrafos son todos muy malos o el exduque de Palma no está en ninguna prisión.
Urdangarin, de 52 años, puede recibir visitas con biombos, guantes y mascarilla pero no tiene permisos penitenciarios porque tendría que desplazarse a Vitoria dónde vive su madre. No tendrá el 3.º grado hasta mayo de 2021. Lo que Zarzuela esconde es que hay casos de coronavirus dentro de la prisión de Brieva y Urdangarin podría haberse infectado. Pero nadie dice nada porque nadie tiene ninguna constancia gráfica que el yerno de Juan Carlos y cuñado de Felipe esté en la cárcel.
Algunas fuentes sostienen que Urdangarin tiene previsto "tirar de la manta" y este pánico la ayuda a recibir un trato preferente de Instituciones Penitenciarias, como estar solo en una prisión de mujeres. Tan preferente que quizás ni está encerrado.